La misma historia, año tras año. Gestores,
inversores, analistas y participantes del mercado en general acuden al
oráculo de Delfos para tratar de adivinar el futuro. Hasta ahora, la
mayor parte de las referencias son positivas para 2006. Siempre sucede
lo mismo. Sucede, también, que el mercado nunca se ajusta a las
expectativas.
Las penúltimas referencias vienen, por un lado, de la mano de la Encuesta de
Gestores de Fondos de diciembre de 2005, elaborada por Merrill Lych, que
destaca que los inversores institucionales esperan que la economíÑ‚Âa
global se mantenga estable en 2006, siempre que el precio del barril de
petróleo no supere los 70 dólares.
Una minoríÑ‚Âa de los gestores
encuestados cree que la economíÑ‚Âa global puede tolerar precios de crudo
más altos, mientras que uno de cada seis opina que el precio del
oro negro
tendríÑ‚Âa que superar los 80 dólares para perjudicar la economíÑ‚Âa global.
Respecto a las perspectivas de crecimiento para Europa, los gestores de
esta región se muestran optimistas. A pesar de la decisión del BCE de
subir los tipos a corto plazo, los inversores institucionales afirman
que la políÑ‚Âtica monetaria sigue siendo estimulante y consideran que la
renta variable europea está infravalorada.
Hay más. La gestora de fondos del Deutsche Bank
(DWS) se muestra optimista con respecto al comportamiento que tendrán
los mercados de renta variable en 2006, gracias a la liquidez existente
y los precios actuales, circunstancias que les permitirán ser más
rentables que los de renta fija.
AsíÑ‚Â lo manifestó ayer el responsable de gestión de activos de DWS, Klaus
Kaldemorgen, quien, sin embargo, alertó de factores exógenos que
podríÑ‚Âan afectar al mercado el próximo año, entre los que citó los
incrementos en el precio del crudo, el sobrecalentado mercado
inmobiliario estadounidense y el riesgo de que se produzca una epidemia
de gripe aviar.