Las dos grandes cadenas hoteleras españolas que cotizan en Bolsa, NH Hoteles y Sol Meliá, se encuentran en entredicho tras los recientes acontecimientos que han afectado negativamente a su cotización.
De hecho, el estreno de NH hoteles no ha podido ser
más decepcionante con un recorte de su valoración de más de un 2,5 por
ciento en lo que va de año. Los últimos descensos se han debido al temor del mercado a que la compañíÑ‚Âa decida volver a presentar una oferta sobre Occidental Hoteles,
después de que esta haya renunciado al principio de acuerdo de venta al
fondo de capital riesgo Carlyle, que valoraba a la cadena en 900
millones de euros. El interés de NH Hoteles en aumentar su presencia en
el mercado vacacional justifica la preocupación por una oferta con una
importante prima, lo que ha generado una cierta percepción negativa
hacia el valor.
Sol Meliá, por parte, evoluciona algo mejor en estos primeros compases del año, pero se está viendo lastrada en su caso por las dificultades a la hora de recuperar la normalidad en su actividad y en ingresos en el Caribe Mexicano
después de la destrucción ocasionada por los huracanes del pasado
verano en sus establecimientos en la zona. El mercado observa con
preocupación no sólo la reconstrucción de los hoteles sino también la
evolución del turismo.
El sector se muestra optimista
Además
hay que tener en cuenta que las cadenas hoteleras españolas cerraron
2005 con una baja en la rentabilidad pese a un aumento de la ocupación,
según cifra de la Confederación Española de Hoteles y
Alojamientos TuríÑ‚Âsticos (Cehat). La ocupación ha subido sustentada en una contención o un descenso de los precios,
en un contexto de crecimiento de los costos que ha deteriorado la
rentabilidad. La "feroz" competencia de otros destinos como
"TurquíÑ‚Âa, Egipto, el Caribe o el norte de Africa" ha sido otro de los
factores que ha obligado a contener los precios para mantener la
competitividad.
El sector, sin embargo, se muestra optimista de cara a la nueva temporada
gracias a la demanda local, apoyada en la bonanza de la economíÑ‚Âa,
que justificaríÑ‚Âa en gran medida estas favorables previsiones. La
demanda extranjera -donde España compite con destinos muy
competitivos en otros paíÑ‚Âses mediterráneos- seguirá afectando al
negocio, pero se verá paliada por el crecimiento de las
aerolíÑ‚Âneas de bajo costo y por el mayor esfuerzo de promoción de
determinados destinos turíÑ‚Âsticos por parte del gobierno.