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SOS CUÉTARA, MILAGRO DE LOS PANES Y LOS PECES

Viernes, 11 de Marzo de 2005 Redacción

{mosimage}No hay quien la tumbe. El año pasado subió más del 60% en Bolsa y más de un 17% en lo que va de año. De puertas adentro del mercado se dice que esta compañí­a tiene una facilidad pasmosa para hacer ricos a sus accionistas, porque es capaz de convertir el agua en vino, como en las bodas de Caná de Galilea. Si el presidente vende, que es lo que hizo a finales de 2004, compra luego el vicepresidente. Todo, con la acción muy controlada y la liquidez siempre bien administrada. Para quienes buscan perlas en la Bolsa aquí­ hay una. No obstante, ¿hasta cuándo durará la fiesta? 

Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. El presidente, Jesús Ignacio Salazar Bello, ha vendido un 0,464% de las acciones del grupo de alimentación desde el pasado mes de noviembre y ostenta ahora el 16,239%, que controla mediante tres sociedades, Unión de Capitales, Demi-Stone y Asesorí­a Financiera Madrid. Eso sí­, continúa siendo el máximo accionista, seguido del custodio EC Nomines que, con un 16,156%, actúa como depositario de este porcentaje.

Al mercado no le gustó el gesto y fue muy criticado, porque se produjo con la acción en máximos históricos. Quizá por ello la familia saca pecho. Ahora se ha sabido que el vicepresidente y consejero delegado de la compañí­a de alimentación, Raúl Jaime Salazar Bello, ha reforzado su participación en el capital de la firma con la compra de 1.159.472 acciones, equivalentes al 4,049%. Ahora, posee el 9,269%. La compra, registrada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 2 de febrero, supone una inversión de alrededor de 44 millones de euros, según la cotización de Sos Cuétara en ese momento.

Control extremo

"Los que seguimos de cerca el valor sabemos que el control es exhaustivo y que los socios principales juegan un papel importante en el mismo. Digamos que, al menos por ahora, no hay nada que se oponga en el camino, porque los mayoritarios tienen la sartén por el mango, el mango y la sartén. Las idas y venidas recientes en el capital así­ lo demuestran", dice un operador de la Bolsa de Madrid.

"Todo tiene truco, una explicación de mercado. En el caso concreto de esta compañí­a confluyen dos factores claramente diferenciados, pero que cogidos de la mano suman mucho. Primero, el férreo control que ejerce la propia compañí­a sobre el valor a través de una sociedad de valores y Bolsa de las denominadas independientes. Segundo, la liquidez escasa de la empresa. No es un valor popular y gracias a ello, sube como la espuma. Es un caso de sentido común bursátil: a menor presencia de inversores, mayores posibilidades de influir en el precio de la acción por parte de unos pocos. Son muchas ya las firmas de Bolsa que recomiendan vender, al considerar que las valoraciones son excesivas", añade el operador.

Crecimiento y fiascos

El grupo Sos Cuétara dejó de ingresar 36 millones de euros en 2004 y renunciará a cerca de 60 millones en el presente ejercicio 2005 por la paralización de la nueva división Oleosán, creada para la comercialización a grandes empresas del sector alimentario del compuesto vegetal del mismo nombre, según fuentes de la propia compañí­a. La empresa controlada por la familia Salazar no espera, sin embargo, que este cambio estratégico afecte negativamente a los resultados de los ejercicios 2004 y 2005.

Sos Cuétara desarrolla un proceso de expansión que se ha concretado en los últimos meses en la adquisición de la italiana Minerva Oli por 52 millones de euros y en el anuncio del propio Jesús Salazar sobre su intención de adquirir en el mes de junio una marca de aceite de oliva en Estados Unidos.
Las compras no justifican, en ningún caso, los múltiplos alcanzados, según los analistas consultados. 
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