Viernes, 17 de Febrero de 2006
Redacción
Cuentan los mejores observadores de la Bolsa que
el corro de Endesa arroja en los últimos díÑ‚Âas muchas similitudes con lo
que sucedió no hace mucho con Unión Fenosa. El mayor parecido está en
que un importante número de inversores, pequeños, medianos y grandes,
especulan intradíÑ‚Âa a velocidad de vértigo.
A falta de otras alternativas, el dinero más
nervioso se mueve con soltura en el corro de Endesa, lo que no
significa que siempre consiga plusvalíÑ‚Âas. Los estados de ánimo cambian
a gran velocidad, siempre a golpe de rumores, que son los que provocan
que los cambios de muevan. Hoy se dice que el precio de la opa va a
subir, mañana, lo contrario para luego volver por el mismo camino.
En
este inmenso mar de rumores hay quien lanza el dardo de que todo está
pactado, para decir a continuación que se han roto las conversaciones y
que la opa se retira.
De pronto aparece alguien con la verdad en
su poder y dictamina que aparecerá un caballero blanco. Entre tanta
agitación, los cambios se mueven a velocidad de vértigo. En Unión
Fenosa sucedió hace tiempo, a finales del año pasado, algo similar. Lo
más granado de la especulación hizo y deshizo posiciones intradíÑ‚Âa
durante mucho tiempo. Quienes aguantaron conservan importante
plusvalias.
AquíÑ‚Â, como en los demás casos de la Bolsa, lo
importante es no quedarse con la brocha en la mano, con cara de bobo.
Por eso, los especuladores compran y venden en el mismo díÑ‚Âa. Lo peor
es, también, ir con el pie cambiado.
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