Miercoles, 01 de Marzo de 2006
Redacción
{mosimage}En plena fiebre especulativa alrededor de los
valores medianos y pequeños, Jazztel se marchita después de haber
protagonizado, hace ahora un año, uno de los episodios alcistas más
pronunciados del mercado nacional. La jazztelmaníÑ‚Âa fue un
fenómeno de masas de puertas adentro de la Bolsa. El incumplimiento
reiterado de sus proyecciones de negocio y la consiguiente revisión de
los planes directorios ha desactivado la relojeríÑ‚Âa especulativa y
Jazztel se queda sola de puertas adentro del mercado. Ahora acaba de
decir que espera entrar en beneficio en 2008. Para los más aguerridos
especuladores y operadores el plazo de tiempo apostado es una
eternidad. Por eso se fijan en otros valores.
"La compañíÑ‚Âa ha vuelto a defraudar al registrar
pérdidas el año pasado de 177,6 millones de euros, un 96%. Y lo que es
peor, el resultado operativo bruto (Ebitda) arroja perdidas de 126,5
millones de euros frente a unas pérdidas operativas de 16,4 millones de
euros en 2004. Sólo se salva el capíÑ‚Âtulo de los ingresos, que subieron
un 20% a 248 millones de euros. Por eso, Jazztel lejos de despertar en Bolsa las pasiones de antaño defrauda a muchos de sus seguidores", dice el analista jefe de una sociedad de valores y Bolsa.
"Por tanto, no toda la culpa de sus males la tiene Telefónica,
a la que no aludió en la presentación de resultados, aunque pormenorizó
las denuncias interpuestas. Digamos que se trata de un sector muy
complejo y competitivo que necesita millones y millones de inversión
para estar a la última en temas de tecnologíÑ‚Âa. Rentabilizar las cifras millonarias que se entierran en estos proyectos no siempre se consigue", añade.
"Lo peor en esta historia de amor y desamor es que los planes y
proyectos de futuro se revisan constantemente. Eso desagrada al
mercado. Jazztel ha confirmado los peores augurios de los analistas. Leopoldo Fernández Pujals, presidente de la compañíÑ‚Âa, presentó en
noviembre de 2004 sus objetivos financieros y operativos a cuatro años
vista. Ahora se ve que no sólo ha incumplido las previsiones para 2004 y 2005 sino que se retrasan hasta finales de 2008. O sea, tampoco se cumplen las proyecciones hechas hace poco hasta 2007", concluye.
Rumores que perjudican
"Desde mediados del año pasado aparecen y desaparecen en el mercado rumores sobre la posición del presidente en la compañíÑ‚Âa,
respecto a que si ha vendido o ha dejado de vender, a que si la empresa
se vende o se deja de vender. En fin, que cuando las acciones de una
compañíÑ‚Âa tan especulativa como ésta no suben y dejan a muchos atrapados
a precios más altos sucede como al perro flaco. Son rumores que
perjudican mucho", comenta un asiduo al salón de operaciones de la Bolsa
de Madrid.
"Tampoco es bueno culpar a Telefónica, o a otras
compañíÑ‚Âas de mayor tamaño, de sus fracasos, salvo que las
irregularidades sean manifiestas. El mercado ha interpretado este
asunto como un signo evidente de debilidad en un sector en el que compiten las grandes y casi todas registran fuertes pérdidas. De ahíÑ‚Â el mal momento del sector en Bolsa", añade.
"Por eso el mercado observa incrédulo la actualización de sus previsiones para los próximos
cuatro años y su estrategia para lograrlos, en la que los ejes principales, según la compañíÑ‚Âa, se basan en el
apalancamiento en nuestra infraestructura de red, para seguir en
la vanguardia tecnológica y comercial con una oferta equilibrada
y en mantener el esfuerzo de marketing para aprovechar el
crecimiento del mercado de banda ancha", termina diciendo.
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