Miercoles, 29 de Marzo de 2006
Moisés Romero
{mosimage}Hace mucho tiempo que no se cita a la inversión
extranjera como baluarte de la tendencia general de la Bolsa española,
quizá por el descuido de los observadores o por el despiste de los
medios. Sea como fuere, el dinero procedente del exterior se ha
convertido en uno de los pilares básicos de la evolución del mercado
español desde el comienzo del año. Los operadores especializados en
esta disciplina advierten de que la soltura con que se manifiestan los
indicadores en zona de máximos obedece, precisamente, a este fenómeno.
Bienvenidos, forasteros.
Dos son los modos de actuar de la inversión extranjera desde mediados del año pasado, en general, y desde enero, en particular. Uno, los fondos de capital riesgo, que siguen oteando el horizonte bursátil español en busca de alternativas rentables. Dos, la inversión directa,
como siempre, que se canaliza básicamente a través de la banca
anglosajona, víÑ‚Âa Londres, como fórmula fiscalmente más rentable para
los no residentes.
Los operadores españoles especializados desde siempre en este tipo de
negocio destacan la llegada de dinero procedente del exterior sin que
la zona de máximos en la que se encuentran los íÑ‚Ândices suponga un freno
técnico o psicológico. Los flujos de liquidez procedentes del exterior se unen a los nacionales que huyen del ladrillo o de la renta fija
para buscar el acomodo, siempre arriesgado, de las acciones. Son buenas
noticias para el mercado y suponen un sostén importante ahora que tanto
lo necesitan los principales indicadores.
A diferencia de lo sucedido el año pasado, la inversión foránea se
muestra ahora más juguetona de puertas adentro del mercado. Antes
los objetivos deseados fueron los valores medianos y pequeños. Algunos
terminaron en opa, aunque en menor cuantíÑ‚Âa que lo dibujado por la
fantasíÑ‚Âa de los participantes en el mercado. Ahora, los procesos de selección son más rigurosos y
el dinero exterior lo mismo atiende a un valor de capitalización media
que a un gran banco o a la mismíÑ‚Âsima Telefónica, que es lo que sucede
desde hace algunas semanas.
La irrupción de los forasteros en el mercado nacional hace creer a los expertos que los íÑ‚Ândices no han dicho todo lo que tienen que decir
en su curso alcista actual. Consideran que si el dinero se agolpa en
los dos grandes bancos y en Telefónica, asunto que no hay que descartar
sino más bien todo lo contrario, los íÑ‚Ândices aún tienen mucho
recorrido.
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