En el 2050, y en relación a hoy, la población en edad de trabajar de la UE se habrá reducido el 16% y la población con una edad superior a los 65 años habrá aumentado el 77%; ambas evoluciones serán una de las principales causas de que el crecimiento potencial pase del 2,4% en el períÑ‚Âodo 2004 - 2010, al 1,2% entre los años 2031 y 2050.
Oscuras razones deben mover a quienes nos bombardean con la idea de que en los paíÑ‚Âses desarrollados en general y en Europa en particular, para mejorar el crecimiento económico debe producirse un aumento de la población; arcanos motivos deben guiar a aquéllas y a aquéllos que proclaman que el mantenimiento del gasto social pasa, ineludiblemente, por un incremento del número de habitantes.
Si en el mundo con capacidad de endeudamiento -aún- existe un exceso de oferta, si los incrementos de productividad ahorran factor trabajo, si la tecnologíÑ‚Âa cada vez es más eficiente y más barata y más sencilla de utilizar, si los salarios tienden a la baja y el modelo de protección social a la desaparición, ¿en qué va a ayudar a dar la vuelta a esa situación un aumento de la población y normativas como la Directiva Bolkestein?.
El gran problema de lo que se dice radica en que, si quien lo dice es un prohombre -aún no hay promujeres (el corrector, al escribir la palabra, la ha señalado como falta)- nadie lo cuestiona, o muy pocos; yo les invito a que lo mediten. A finales de los 90, un sociólogo italiano cuyo nombre no recuerdo, publicó un estudio en el que concluíÑ‚Âa que en un horizonte de 25 años podríÑ‚Âan producirse desplazamientos demográficos desde la Europa oriental hacia la occidental que podíÑ‚Âan llegar a ser de 50 millones de personas. (No puedo encontrar ese estudio; si alguna/o de Uds. lo halla, por favor, notifíÑ‚Âqueme su tíÑ‚Âtulo). ¿Pueden imaginarse algo asíÑ‚Â?, seguro que no. Pero lo otro tampoco: una Europa con un bajo crecimiento y mucho más pobre.
Nota 1. El Parlamento, finalmente, ha aprobado la Directiva. Tras su aprobación, los parlamentarios de "Izquierdas" dijeron que las referencia a la liberalización del mercado habíÑ‚Âan sido eliminadas, pero los de "Derechas" dijeron que el espíÑ‚Âritu liberalizador continuaba existiendo porque es parte consustancial de la UE. ¿Tanta historia para acabar igual?. Lo del chiste: "Virgencita, que me quede como estoy".
Nota 2. España, junto a Portugal y a Finlandia, han anunciado que desde el próximo 1 de mayo, quedarán levantadas las trabas a la entrada de trabajadores procedentes de los paíÑ‚Âses últimamente incorporados a la UE. Una de las justificaciones argumentadas ha sido la no aparición de tensiones en el Reino Unido, Irlanda y Suecia, paíÑ‚Âses que ya levantaron la limitación. Vale, pero nadie ha dicho que el último es un paíÑ‚Âs pequeño con altas tasas de ?emigración' entre su muy cualificada población activa, y que en los dos primeros los derechos laborales son bajíÑ‚Âsimos (UK no ha firmado la carta Social Europea). Recuerden: "¡Yo, por menos!".
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
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