A las 16:34 h del 17 de marzo del año en curso, en el sitio de Bloomberg podíÑ‚Âa leerse el siguiente titular:
"GM Shares, Bonds Drop as Wider Loss, Delay in Filing Adds to GMAC Concerns. General Motors Corp. shares and bonds fell after the world's largest automaker said its 2005 loss will be $2 billion larger because of higher costs to eliminate workers and bail out its bankrupt former auto parts- making unit, Delphi Corp."
Dejando de lado las
negativas implicaciones del hecho para los accionistas de General
Motors, del texto y de la historia reciente de GM, puede extraerse la
siguiente secuencia:
A fin de redireccionar su marcha, GM decide reducir su plantilla y reducir los gastos sociales ya pactados con sus trabajadores; para lo primero realiza una provisión de fondos.
En el caso de General Motors no ha funcionado -al menos de momento- una regla muy antigua que dice que cuando una compañíÑ‚Âa reducíÑ‚Âa plantillas, sus acciones recogíÑ‚Âan el hecho positivamente; al igual que recogíÑ‚Âan negativamente un aumento de los tipos de interés.
Desde hace un tiempo eso no es, siempre, asíÑ‚Â: una compañíÑ‚Âa puede eliminar parte de su empleo, pero los inversores puede que interpreten que ello no va hacerle, necesariamente, ir mejor; los tipos de un paíÑ‚Âs pueden subir, pero es posible, que ello sea debido, precisamente, a que en ese paíÑ‚Âs las cosas van muy bien.
En cualquier caso, y volviendo a GM, los asuntos de la automovilíÑ‚Âstica no parecen pintar muy bien; será por las pérdidas contables, puede que por la confianza que despierta, puede que por el empuje de Toyota; pero, puede también, que simplemente sea porque lo que GM ofrece -todo lo que GM ofrece- ya no sea tan valorado. ¿Cómo recogerán los sofisticados modelos bursátiles cosas como esa?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.