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FRANCOTIRADORES EN EL TEJADO DEL DÑ“LAR

Jueves, 24 de Febrero de 2005 Moisés Romero

{mosimage}El giro desarrollado por el dólar en los primeros compases del año ha cogido con el pie cambiado a una clientela selecta de especuladores en divisas, que en el tramo final de 2004 lograron ponerlo contra las cuerdas. Apostaban por idéntico recorrido durante este ejercicio, pero la realidad ha sido diferente. Muchos bancos de inversión están atrapados en la jaula e intentan ahora romper los barrotes en busca de la libertad perdida. Por eso arrecian las presiones, renacen los rumores y sentimientos negativos sobre la divisa estadounidense. Además, aumenta el número de paí­ses que quitan peso al dólar en sus reservas de divisas. Corea es el penúltimo caso, aunque rápidamente ha matizado sus primeras declaraciones, lo mismo que Japón. De ahí­ el alivio ayer del dólar.

Un banco de inversión anglosajón de medio pelo, prácticamente desconocido por estos pagos, saltó al ruedo hace unos dí­as con una misiva incendiaria contra el dólar. Los responsables de esa entidad, en un alarde de visión futurista, apostaron por la pronta llegada del euro a la zona de 1,70 dólares. Este nivel coincide con los presagios que tan de moda estuvieron en la recta final de 2004, justo cuando la moneda estadounidense se tambaleaba.

En otras circunstancias, esta apuesta habrí­a pasado a engrosar la lista de anécdotas más o menos atrevidas. Ahora, el apunte es otro. Sirve para recordar a los mercados que los francotiradores siguen apostados en el tejado y que están listos para apretar el gatillo en cualquier momento. O lo que es lo mismo, que no conviene bajar la guardia, porque la especulación comienza a inquietarse. Es obvio, que las Bolsas nunca se comportan de manera adecuada cuando los sobresaltos en los mercados de cambio se intensifican. No obstante, parece que la tensión que algunos auguran aún tardará en llegar, si es que finalmente la especulación desembarca con todo su equipaje en el mercado de divisas.

El fenómeno entronca con lo destacado hace unos dí­as por Alan Greenspan respecto a los tres grandes riesgos que acechan a la inflación en Estados Unidos, aunque este escenario de mayor crecimiento de los precios aún no se contemple. El presidente de la Fed advirtió, en cualquier caso, de la necesidad de prevenir, porque es mejor que curar. Se fija así­, en la evolución de los precios del petróleo; el comportamiento del dólar y la moderación prevista en el ritmo de la productividad marginal.

Son muchos los que se han preguntado cuál es, de estos tres factores, el más importante. Hay coincidencia en el énfasis que hizo Alan Greenspan sobre la probable repercusión sobre precios de importación al  constatarse que hay márgenes de maniobra suficientes para muchas empresas internacionales, suministradoras de productos a Estados Unidos. Por eso, al instante, muchos economistas han revisado para los primeros meses del año al alza sus proyecciones para la moneda norteamericana, con una banda de fluctuación, como promedio, entre las 1,24 y 1,30 unidades por euro.

Es a partir de la primavera cuando algunos estudiosos apuestan por el deterioro de las expectativas. Argumentan que para entonces, los mercados ya habrán cotizado el alza de tipos de interés en Estados Unidos y que quedará confirmado que el déficit por cuenta corriente puede alcanzar este año un nuevo máximo histórico, hasta niveles del 6.5% del PIB. Añaden que será a partir de esos momentos cuando se aceleren los movimientos especulativos sobre una revalorización del Yuan. Los francotiradores, por tanto, están muy pendientes de todo lo que se mueve alrededor del dólar. Las Bolsas no pueden ser ajenas a este proceso. O lo que es lo mismo, no mirarán hacia otro lado.

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