Rato considera que la integración financiera ayuda a empresas e inversores, y por tanto a ahorradores y trabajadores, porque los inversores pueden obtener un mejor rendimiento con menores riesgos, mediante la diversificación, y las empresas pueden lograr más créditos, a menor costo y con más fiabilidad que en mercados más complejos.
Añade que los europeos deben preguntarse "por qué es al otro lado del Atlántico donde se crean empresas como Amazon o Google en menos de una generación o incluso en menos de diez años y en Europa no sucede los mismo". A su juicio, uno de los motivos de ello está relacionado con la libertad financiera. "Una de las ventajas de promover una integración financiera en Europa sería la profundización de los mercados de capitales y otra un intercambio más fluido de información, lo cual permite una mejor competencia", agrega.
Según Rato, aunque la banca de inversión está prácticamente integrada, sobre todo desde la implantación del euro, persisten importantes diferencias de legislación en los mercados de valores, y esto explica que los mercados hipotecarios estén menos integrados que en EE.UU. En cuanto a la banca minorista, dice que aunque se ha consolidado en los últimos 20 años, la mayor parte se ha realizado a través de fusiones y adquisiciones, y sólo un 20% se ha hecho entre instituciones transfronterizas.
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