La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Errores muy graves

Lunes, 12 de Junio de 2006 Santiago Niño Becerra

Los errores se pagan, dicen, pero, la cuestión es ¿cómo? Las últimas (todas, en realidad) subidas de tipos en la UEM y en USA -y habrá más, se dice-, han sido un error, un error muy gordo; y por favor, no me pongan ninguna etiqueta política porque lo que estoy diciendo no va por ese lado.

El argumento que se da -que se dio, que se continuará dando- para justificar los aumentos en los tipos es el de que el impacto de los incrementos de precios de las commodities -del petróleo, fundamentalmente-, está generando inflación (aunque no se dice/lo dicen, es de costes, que, luego, es trasladada a los precios finales), por lo que los tipos de interés deben ser incrementados a fin de frenar esos aumentos de precios.

Ese ‘por lo que’, señoras y señores, ES FALSO; diga quien lo diga, NO ES CIERTO. Y en el caso del reino es aún MAS FALSO porque, al razonamiento anterior se añade otro: los precios, en España, están subiendo más que en el resto de Europa porque España está creciendo más que Europa: más falso que aquellos ‘duros sevillanos’ de antes.

Los aumentos de costes y precios que hoy están teniendo lugar se están produciendo porque unos realimentan a los otros en una espiral que se envuelve a sí misma. La demanda de commodities -fundamentalmente de crudo, pero no sólo- está creciendo debido a que la oferta de los bienes que precisan de esas commodities (toda) no para de crecer. ¿Por qué?, pues porque el consumo de esos bienes aumenta y aumenta.

Y, ¿por qué?, pues porque el consumo -público y privado- está fuera de control. Y, ¿por qué?, pues porque el endeudamiento está disparado. Es decir, se conceden créditos a fin de que la gente consuma, lo que hace crecer la demanda, demanda que tira de la oferta, y esta solicita commodities y créditos; a esta secuencia se le denomina crecimiento. Pero como  la oferta de commodities -y de lo que no son commodities- es la que es, sus precios aumentan; pero como el consumo de bienes y servicios está fuerte y la obtención de créditos es fácil, la oferta puede trasladar esos aumentos a sus fabricados, lo que no influye en la demanda porque esta puede continuar endeudándose; el resultado es la inflación ... en una atmósfera de PIB al alza.

En un escenario como este, ¿qué sentido tiene subir los tipos?. Tipos más altos no van a frenar nada porque las facilidades para continuar endeudándose van a seguir; pero, a la vez, tipos más altos empeorarán el problema porque harán que los costes de la oferta aumenten, lo que llevará a que la oferta -que ya es rígida- trate de trasladar esos mayores costes a una demanda que se endeudará más aún para continuar consumiendo a precios mayores. ¡Demencial!. (Evidentemente, quienes no puedan continuar endeudándose lo van a tener muy crudo, pero como no son muchos y cuentan muy poco, que se -----).

 “¡Vale!”, dirán, este profe sabe mucho, “¿qué habría que hacer?”, preguntarán. No se me exciten: ‘ir-a-menos’. Los aumentos de precios, hoy, ya no se resuelven aumentando tipos debido a que la evolución de la oferta monetaria -TOTAL- ha dejado de estar vinculada a los tipos de interés; hoy, la inflación -sea esta del tipo que sea- se combate a base de aumentos en la productividad. A la vez, si el consumo deja de basarse en el endeudamiento y se vincula a las rentas, las tensiones de aquel sobre los precios se reducirán.

Resumen del resumen: más productividad y menos endeudamiento, y, los tipos de interés, para abajo. Claro, que lo que yo digo tiene consecuencias, ¿cuáles?, pues que dejaríamos -el reino y los demás (el reino más)- de crecer a los ritmos a que estamos creciendo, lo que daría lugar a que pasasen cosas; pero, ¿realmente este crecimiento financiado con endeudamiento de todo tipo es crecimiento de verdad? (de los pobres y subdesarrollados, ya, ni hablo). Que las consecuencias de este cúmulo de errores las vamos a pagar, y muy caras, no lo duden (España, más); dentro de poco: un par de años: pasado mañana. De todos modos, como yo no soy presidente de ningún banco central ...

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.  

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