Viernes, 28 de Julio de 2006 Administrador

La CNE ofreció ayer su tan esperado veredicto sobre la OPA de E.ON, que cubre el expediente y evita problemas para el Gobierno pero que  no aclara el futuro de Endesa

Un día antes ya se había adelantado que la CNE no vetaría la OPA de E.ON, como así ha sucedido, aunque le ha puesto 19 condiciones: E.ON tendrá que vender activos de Endesa equivalentes a 7.396 Megavatios, un tercio de su capacidad total, entre activos nucleares, centrales de carbón y los sistemas eléctricos de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla. Pero si creíamos que con el veredicto se solucionaría todo, pero afirmar algo así nos colocaría lejos de la realidad. 

Lo cierto es que se abre ahora un nuevo período de incertidumbre. Todos los actores implicados se ven obligados a tomar nuevas posiciones. Eso sí, los primeros que lo han hecho han sido los dirigentes del PP, que acusan ahora de dejar Endesa en manos alemanas (¿se pondrán algún día de acuerdo?), sin olvidar el cambio de postura del Gobierno, que finalmente ha dado su brazo a torcer y no ha impuesto condiciones draconianas a E.ON. 

Los que miran con preocupación la nueva situación son los accionistas de Endesa que temen que la reducción del negocio para E.ON suponga también un recorte en el precio ofrecido por la alemana, ya que no es descabellado pensar que ante esta reducción del negocio de Endesa, la eléctrica alemana ya se esté planteando una reducción de la oferta (¿también en un tercio?). Si esto se produjera, el más beneficiado sería Gas Natural, que no tendría que elevar mucho más su oferta y volvería a entrar en el juego, además de convertir la OPA sobre Endesa en un juego a ¿tres bandas?: Endesa, que protege su gestión como el mejor baluarte para  no acudir a la OPA; Gas Natural, que defendería la ‘españolidad’ y el precio de la su oferta volvería a ser atactivo, siempre que decidan incrementarlo; y E.On, que mantendría su poderío económico como principal razón para que los accionisas acudieran a su oferta. Pero puede que no sean los únicos y podría aparecer una tercera o cuarta oferta por Endesa. 

Las escasas exigencias que finalmente ha impuesto la CNE a E.ON podría precipitar el acercamiento de otras empresas energéticas, siempre  interesadas por las empresas españolas del sector, y no solo por Endesa. Iberdrola y Repsol YPF empiezan a mirar con preocupación la situación. En definitiva, se abre la veda en el sector.

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