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Aún no es momento para subir los tipos

Jueves, 03 de Diciembre de 2015 Carlos Montero

La Reserva Federal de EE.UU. probablemente suba tipos en su reunión de la próxima semana. Durante siete años la Fed ha mantenido sus tipos cerca de cero, en lo que es el periodo más prolongado de este nivel de laxitud de la política monetaria en la historia. Se inicia la normalización de tipos, ¿pero está justificada?

Algunos economistas como Andrew T. Levin, profesor del Dartmouth College, creen que no. Levin señalaba recientemente en el Wall Street Journal los motivos por los que aún es pronto para subir tipos en EE.UU.:

- Máximo empleo: El empleo en EE.UU. permanece por debajo de su potencial según el último informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) del país. Este déficit es equivalente a alrededor de 3,5 millones de empleos a tiempo completo. En consecuencia, incluso si las nóminas no agrícolas continúan creciendo a un ritmo de 200.000 puestos de trabajo al mes, esta brecha de empleo no se cerrará hasta el año 2017.

Como muestra el gráfico, la estimación de la CBO señala que la brecha del producto se encuentra en torno al 3% -casi el mismo que los valles de las recesiones en la década de 1990 y principios de 2000. En esos casos, la Reserva Federal no comenzó a subir las tasas hasta que esta brecha se redujo al 1%. El análisis de la CBO subraya que la economía aún no está cerca de la normalidad y que el inicio del endurecimiento no se justifica en esta coyuntura.



- La estabilidad de precios: El objetivo de inflación de la Fed del 2% se mide en términos del índice de precios de gastos de consumo personal. Esta medida ha estado alrededor del 0,2% en el último año, y su moderado nivel se debe sólo en parte a una fuerte caída en los precios del crudo.

Como se muestra en el gráfico, incluso la inflación subyacente –que excluye los precios de los alimentos y la energía-, ha tenido una tendencia a la baja desde 2011 y se sitúa ahora en el 1,3%.

Aunque las perspectivas de la Fed de forma recurrente han sugerido que la inflación subyacente se giraría al alza hacia el objetivo, vemos que en los últimos años esas previsiones han ido fallando una tras otra. La apreciación continua del dólar y la caída de los precios mundiales de los productos básicos han provocado que se ampliara el déficit de la inflación subyacente frente a su objetivo.

- La política actual: El personal de la Reserva Federal recientemente concluyó que el nivel neutral de los tipos de interés reales a corto plazo (ajustados por inflación) es ahora cercano a cero, y no encontró signos de reversión incipiente a su promedio histórico. Esto implica que el nivel de la "nueva normalidad" de la tasa de fondos federales es sólo el 2%, lo que hace que el actual grado de acomodación monetaria sea bastante modesto.

- Balance de riesgos: El Comité Federal de Mercado Abierto ha definido la trayectoria del gasto privado como "sólida" y los riesgos para las perspectivas económicas como “casi en equilibrio”. Los últimos datos económicos parecen notablemente menos optimistas. El gasto del consumidor apenas se movió en septiembre y octubre, mientras que los envíos de bienes duraderos han estado planos desde agosto.

Todo esto hace que parezca más inverosímil que la economía esté al borde del sobrecalentamiento, sobre todo en comparación con la probabilidad de escenarios que implican una desaceleración o contracción significativa.

Por otra parte, la actividad económica y la inflación responden sólo gradualmente a los cambios en la orientación de la política monetaria. Así que si los funcionarios empiezan a subir los tipos en los próximos trimestres, las tasas federales podrían situarse en el 1,5% antes de que se reconozca que la subida ha sido prematura. Las consecuencias adversas serían amplificadas por las posibles limitaciones en la prestación de cualquier estímulo monetario o fiscal adicional.

Todos estos puntos sugieren que aún es demasiado pronto para iniciar el tensionamiento de tipos, y que la Fed debería esperar hasta que el déficit de empleo se haya reducido, y la inflación subyacente se mueva hacia sus objetivos.

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