‘Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas’, ese es el nombre técnico. Ayer fueron publicadas las del 2012.
Con el sistema oficial, si: el de carga-beneficio. Ese que dice que si se mejora el pavimento del acceso a Lleida en la A2 se beneficia una familia que reside Jerez de los Caballeros; y que si se instala una iluminación más potente en los despachos de la Comandancia de la Guardia Civil de Cartagena un señor empadronado en Betanzos se beneficia. Y sin neutralizar las balanzas no, sin neutralizarlas: se ve que el hecho de que una región tenga que emitir deuda por percibir menos de lo que en ella se recauda y que le imposibilita atender sus gastos, deuda que dicha región deberá pagar, no debe ser recogido en las cuentas.
Hemos hablado tanto del tema que ya cansa. Los gastos e inversiones benefician donde se hacen porque contribuyen a la generación de un PIB que es a partir del que se pagarán los impuestos. Y lo que no tiene sentido es que unas regiones después de pagar sus impuestos y transferir a otras queden en una situación peor de aquellas que han recibido. Por eso y por otras razones hay que neutralizar las balanzas fiscales. La LOFCA, la madre del sistema de financiación regional, es ilógica, ineficiente y perversa porque politizó una serie de cosas que no lo son.
Y no: en lo anterior no hay ni un microgramo de política.
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