En concreto, Morgan Stanley advierte en un su último informes de que “lo peor” de la crisis “está por llegar” en España y que 2009 será un año difíÑ‚Âcil, escenario en el que BBVA podríÑ‚Âa servir de valor refugio para los inversores preocupados por riesgos de capital. El banco de inversión considera que “en el contexto de un deterioro generalizado de los negocios bancarios”, los tíÑ‚Âtulos del grupo que preside Francisco González pueden servir de refugio para los inversores en comparación con sus competidores europeos.
Morgan Stanley recalca que sin esbozar un escenario “de desastre”, la situación de capital de la entidad “parece bastante segura”, si bien subraya el riesgo de sorpresas negativas en cuanto a la obtención de beneficios en sus mercados principales, España y México. A su parecer, incluso si la crisis que atraviesan los mercados adquiere la gravedad de la registrada en la decada de los 90, BBVA “podríÑ‚Âa manejar la situación sin necesidad de aumentar su capital o recortar el dividendo”.
Morgan Stanley recalca que esta posición deriva de la combinación de una gestión tradicional y conservadora y de los duros requisitos establecidos por el Banco de España en términos de previsiones y capital, mucho más exigentes que los establecidos por otros institutos emisores de paíÑ‚Âses europeos. Además, incide en que el banco cuenta con diversos activos susceptibles de venta, como la red de operaciones de seguros, opción que podríÑ‚Âa beneficiarse del interés de diversas aseguradoras extranjeras de entrar en el mercado español. “Esperamos que BBVA sea uno de los ganadores en los mercados en que opera tras este escenario de turbulencias”, dice la firma, que resalta su “decente capitalización” y su fuerte franquicia de clientela.
Santander, consenso favorable
Respecto al Santander, la mayor parte de los analistas aplaude sus últimos movimientos. Santander ha comprado, a través de su filial Abbey, la compra de los depósitos del banco británico Bradford & Bingley, las sucursales y los empleados de las mismas por 400 millones de libras en efectivo, unos 500 millones de euros. Asimismo, Santander pagará otros 200 millones de libras por el capital del negocio offshore de la entidad británica. Con esta operación, Abbey adquiere los depósitos de B&B, unos 20.000 millones de libras, asíÑ‚Â como otros 1.600 millones de libras en depósitos, que posee la filial de B&B en la Isla de Man. La mayoríÑ‚Âa de dichos depósitos, un 94%, tienen un saldo inferior a las 35.000 libras, importe máximo que cubre el fondo de garantíÑ‚Âa de depósitos británico, por lo que la entidad cree que los clientes no retirarán sus depósitos de la entidad.
Por el contrario, Santander no adquirirá las hipotecas concedidas por este banco, unos 41.000 millones de libras, que serán nacionalizadas y pasarán a manos del gobierno británico, tal y como pasó con la entidad Northern Rock, ante la falta de un comprador. Del mismo modo, Abbey comprará las casi 200 sucursales de la entidad, las agencias (141), la banca telefónica y por internet, asíÑ‚Â como los empleados que trabajan en las mismas, unas 4.000 personas. El centro de operaciones de B&B, asíÑ‚Â como los empleados del mismo, pasarán al control estatal, ya que no serán transmitidos a Abbey.
Santander estima que la operación le reporte un beneficio de 40 millones de libras en 2009, 60 millones de libras en 2010 y 80 millones de libras en 2011, gracias al menor coste de financiación de los depósitos frente a la financiación mayorista, el ahorro de costes y las sinergias de ingresos, al tiempo que esperan unos costes de reestructuración de 50 millones de libras. Asimismo, espera que la operación sea aditiva desde el año 1 (+0,3% en 2009, +0,4% en 2010 y +0,6% en 2011) con un ROI del 10%, 15% y 20% respectivamente. De este modo, Santander consigue otros 2,7 millones de clientes en Reino Unido, cantidad que recientemente aumentaba con la compra de Alliance & Leicester con una inversión total de 2.260 millones de euros. Teniendo en cuenta las tres entidades del grupo, Santander cuenta ya con una base de clientes de 24 millones en Reino Unido.
Dicen los analistas de Norbolsa que “consideramos que esta adquisición es positiva, ya que Abbey consigue aumentar de forma significativa su base de depósitos de clientes, alcanzando una cuota de mercado en depósitos y en sucursales del 10% (objetivo de la entidad en todos los mercados en los que está presente), mejorando su capacidad de financiarse (a un precio menor) y reduciendo su ratio de préstamos sobre depósitos hasta el 130% desde el 150% anterior. Del mismo modo, Santander eleva su presencia en Reino Unido con unas 200 sucursales nuevas, lo que le servirá para continuar impulsando su crecimiento en este paíÑ‚Âs en los próximos trimestres”.
Banca global, mucha tela que cortar
Mientras, los bancos europeos y de EEUU, que en el último año se han visto obligados a asumir cuantiosas pérdidas crediticias que han puesto en riesgo la estabilidad financiera de varias instituciones, se enfrentan a un nuevo desafíÑ‚Âo por las obligaciones derivadas del pago de al menos 787.000 millones de dólares (534.600 millones de euros) por el vencimiento en el próximo año y medio de obligaciones de deuda a medio plazo. En este sentido, el periódico Wall Street Journal auguraba hace unas semanas que los problemas comenzaron en septiembre, puesto que se produjo el vencimiento de unos 95.000 millones de dólares (64.467 millones de euros) en tíÑ‚Âtulos de deuda a tasa de interés fluctuante (“floating-rate notes”), una fórmula ampliamente utilizada por los bancos en 2006 para conseguir financiación, y cuyo vencimiento suele producirse a los dos años de la emisión. De este modo, puesto que el vencimiento de este tipo de tíÑ‚Âtulos coincide con las dificultades de los bancos para captar capital, el diario apunta que se está produciendo una feroz competencia entre las entidades para captar depósitos y emitir nueva deuda, que resulta más cara.
Según el periódico, el analista de JPMorgan, Alex Roever, estima que “antes del final de 2009 tendrá lugar el vencimiento de 787.000 millones de dólares en tíÑ‚Âtulos de deuda a tasa de interés fluctuante (“floating-rate notes”) y otras obligaciones a medio plazo, un 43% más que en los 16 meses anteriores”. Por este motivo, los bancos pueden sufrir el “hundimiento” de sus márgenes de beneficio ante las demandas de los inversores de mayores intereses por sus préstamos, lo que podríÑ‚Âa acentuar las restricciones de crédito de los propios bancos a la hora de realizar nuevos préstamos a las empresas y particulares, lo que agravaríÑ‚Âa la desaceleración económica a ambos lados del Atlántico.
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