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Becarios

Viernes, 29 de Mayo de 2015 Santiago Niño Becerra

http://economia.elpais.com/economia/2015/05/27/actualidad/1432744127_420313.html (http://www.oecd.org/education/governments-must-step-up-efforts-to-tackle-youth-unemployment.htm y vayan mirando).

No es nuevo, sino una confirmación más de lo que ya está sucediendo y la tendencia que puede esperarse: el subempleo –en el mejor de los casos– y la precarización de un gigantesco colectivo que podría ser categorizado de población activa de segunda.

Y no, no constituye un Ejército Industrial de Reserva porque cuando Marx acuñó el término la demanda de trabajo, aunque menor que la oferta, no tendía a ser decreciente: era la que era en cada momento, y ésa era imprescindible, en cada momento, para generar una cantidad de producción que se deseaba creciente; pero ahora ya no es así.

La oferta de trabajo: de prácticamente cualquier tipo de trabajo, es muy superior a la demanda (lo sería en todos si existiese una auténtica capacidad de movilidad del factor trabajo), pero es que, además, y eso es algo inimaginable en el momento en que Karl Marx escribió ‘El Capital’, la oferta de trabajo cualificado es superior a la demanda de trabajo cualificado.

El concepto de ‘Becario’ debería ser la adaptación moderna del de ‘Aprendiz’, aquel adolescente con una formación, habitualmente muy baja, que entraba a trabajar en una empresa, aprendía un oficio y, tras años de esfuerzo, tachonados en numerosas ocasiones, de humillaciones y malos tratos, pasaba, si era ‘espabilado’, a ser contratado por la empresa: del pantalón corto a la jubilación.

El becario tiene parte de aquel pero difiere, sobre todo, en: 1) el final que va a tener: ¿cuántos becarios acaban siendo contratados durante un apreciable número de años por la compañía en la que hacen de becarios?, y 2) la tarea que realizan: ¿cuántos becarios se dedican, realmente, a aprender y cuántos hacen de trabajadores temporales y ultrabaratos?.

Miren los gráficos: son de escándalo. El mensaje del Gobierno y de diversos expertos es el de que España se está recuperando y el empleo mejorando, gracias a, entre otras razones, la mejora de su competitividad. ¿Conseguida infringiendo la ley al sustituir, y hacerlo indefinidamente, lo que tendrían que ser trabajadores por becarios? ¿Obligando a esos becarios a realizar más horas de las que deberían sin compensación alguna?.

Las preguntas del millón: una: ¿por qué aguantan todo esto esas chicas y esos chicos?, pues porque no tienen alternativa y porque, pienso, décadas de comodidad han acabado por ¿liquidar? el espíritu de contestación de la juventud; otra: ¿por qué permite estas situaciones el Estado teniendo en cuenta que representan menos ingresos por impuestos y por cotizaciones a la Seguridad Social?, pues porque es una forma de ocupar a jóvenes aunque sea rotativamente durante unos meses, y porque es una manera de que las empresas reduzcan costes y … ¡ganen competitividad!.

En mi reciente libro “La Economía. Una Historia muy personal” recojo y analizo una frase que la canciller alemana Angela Merkel pronunció en el 2013: “La clave es saber si queremos que los jóvenes tengan un trabajo peor pagado y con menos derechos o ningún trabajo en absoluto”. Pienso que con estas palabras está dicho casi todo: un empleo bien pagado y con derechos ha dejado de ser una alternativa para la mayoría de los jóvenes (y de lo no tan jóvenes).

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