Los altos niveles de inversión, un petróleo a un precio aquilatado, los aumentos de productividad obtenidos gracias a las Nuevas TecnologíÑ‚Âas, y con las cuentas públicas de un paíÑ‚Âs denominado Estados Unidos -que por si sólo representaba casi el 25% de la economíÑ‚Âa mundial- equilibradas, gran parte del planeta mostraba un panorama económico en expansión en el que varios paíÑ‚Âses, caso de la entonces llamada República Popular China, llevaban ya tiempo incrementando su participación. (En relación a las cuestiones geográficas, políÑ‚Âticas y juríÑ‚Âdicas de las entidades territoriales, identificadas en este texto por portar su inicial en mayúsculas, es recomendable la consulta del Anexo G).
Cierto es que entre los años 2000 y 2003 se instaló una recesión provocada más por temas políÑ‚Âticos que económicos, pero tras una serie de rebajas en los tipos de interés y con la inflación relativamente bajo control, la recesión se dio por superada a mediados de este último año y la economíÑ‚Âa abordó, asíÑ‚Â, al menos se creyó, una nueva fase de crecimiento. Sin embargo, pronto se puso de manifiesto que ese períÑ‚Âodo de bonanza fue, en gran medida, un espejismo: pocos años después dio comienzo la secuencia de hechos que desembocaron el la crisis del 2010, una crisis de caracteríÑ‚Âsticas muy parecidas a la que tuvo lugar en 1929 y que desencadenó un prolongado períÑ‚Âodo depresivo.
(continúa mañana)
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