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China: un gigante en transición hacia un mundo de oportunidades

Sabado, 18 de Agosto de 2018 Redacción

CaixaBank abrió sus oficinas de representación en Pekín y Shanghái hace 10 y 5 años respectivamente, y ambos nos incorporamos a la entidad para trabajar en ellas. Los dos somos locales nacidos en estas ciudades y llevamos toda la vida viviendo en China, una de las naciones más antiguas del mundo y de donde son originarias invenciones tan importantes como el papel, la imprenta, la pólvora o la brújula.

“El tamaño del país, sus contrastes y su complejidad son sus principales características”

China tiene aproximadamente 1.390 millones de habitantes1 y la población se concentra en el este, especialmente en las zonas costeras. El desarrollo económico se sitúa principalmente en el Golfo de Bohai (Pekín, Tianjin, Hebei y Shandong), el delta del río Yangtze (Shanghai, Zhejiang y Jiangsu) y el delta del río Perla (Guangdong y Fujian), zonas que contribuyen, en su conjunto, a más de la mitad del PIB del continente chino.

El acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), los bajos costes laborales y la orientación a la exportación (se trata de la primera potencia exportadora) han sido algunas de las claves de la evolución de la última década. También han influido en este desarrollo la creciente dotación de infraestructuras, los grandes flujos de inversión extranjera directa y la transferencia de tecnología, entre otros. Sin embargo, la crisis financiera y la recesión mundial están afectando a la economía china y han contribuido a que tengan que tomarse medidas para una reforma estructural.

La economía china cerró el 2017 con un crecimiento de 6,9% y se desacelerará gradualmente en 2018-2019 debido a la implementación de políticas fiscales menos expansivas que en 2017, la introducción de medidas de ajuste en algunas industrias para reducir los niveles de contaminación y una disminución de la oferta de crédito derivada de una regulación más exigente para limitar las actividades del sector bancario. A pesar de dicha ralentización, la economía china crecerá a un ritmo notable en los dos próximos años (por encima del 6%). 2

 

Verónica Shao, directora de la oficina de representación de CaixaBank en Shanghái

 

“A partir de 2016, la economía china empezó a experimentar una transformación hacia un nuevo modelo de crecimiento, más enfocado hacia la innovación, el consumo interno y los servicios, donde antes estaba más dirigida a la producción masiva y las exportaciones”.

Aunque China sigue siendo el principal fabricante del mundo, está buscando especializarse en productos con más valor añadido. Ahora mismo, se puede decir que la innovación es el principal motor de la economía china, como lo demuestran el tren de alta velocidad y  el crecimiento de negocios como Alipay, del grupo Alibaba, y todo el sector de comercio electrónico y empresas de telecomunicación como Huawei, ZTE y Lenovo. China ha sabido aprovechar la tecnología para lanzar estas creaciones, que están cambiando la vida de los ciudadanos chinos y ayudando al país a alcanzar mayor prosperidad.

Además, la inversión extranjera ha sido también un importante factor de crecimiento, si bien China es cada vez más selectiva en este aspecto debido a su mayor concienciación medioambiental. Por este motivo, el país da prioridad a la inversión en sectores de interés nacional, como la energía renovable, la alta tecnología y el  I+D. En cambio, reduce la inversión en sectores de escaso valor añadido y altamente contaminantes. Recientemente, se aplica el enfoque de lista negativa, en la cual se identifican sectores y negocios vetados para recibir inversión extranjera.

“Del mismo modo, China ha pasado de ser sólo el receptor de inversión extranjera directa para convertirse también en una potencia inversora”

El comercio bilateral de bienes entre España y China se caracteriza por un déficit crónico por parte de España y un volumen relativamente escaso de exportaciones con destino a China, aunque hay señales positivas: las ventas españolas en 2017 aumentaron un 28,3% a nivel interanual, hasta alcanzar los 6.258 millones de euros, lo que convierte a China en el país número 10 del ranking de los destinos de las exportaciones españolas. Las empresas españolas venden a China, principalmente, cobre y sus aleaciones (13,1%), equipos, componentes y accesorios de automoción (6,5%), carne de porcino congelada (5,9%), confección (4,9%), cinc en bruto (4,1%) y desperdicios y desechos de cobre (3,6%)3.

En cuanto a las importaciones españolas procedentes de China, en 2017 estas alcanzaron un volumen de 25.662 millones de euros y ocuparon el tercer puesto en el ranking de países proveedores de España. Los principales productos importados fueron equipos de telecomunicaciones (5,5%), máquinas de tratamiento y procesamiento de datos e información (5,3%), videoconsolas, consolas y juegos de mesa (2,9%), artículos de marroquinería (2,7%) y juguetes de rueda (2,1%)4.

 

Yan Zongji, director de la oficina de representación de CaixaBank en Pekín

“A pesar de la presencia de más de 800 compañías españolas en China, la inversión en el país asiático es aún reducida”5.

Desde el año 1990, entre España y China existe un convenio para evitar la doble imposición, acuerdo que se está revisando desde el año 2014. En 2017, ambos países han firmado un convenio bilateral de Seguridad Social que evitará la doble cotización. Gracias al rápido crecimiento de la clase media urbana (que ha pasado de 5 millones en el año 2000 a 225 millones), las oportunidades para las empresas españolas en el país asiático se han ampliado.

El futuro podría traer todavía más posibilidades. El gobierno chino pretende mejorar la comunicación de China con Europa, Oriente Próximo y África y ha diseñado una versión “siglo XXI” de la legendaria Ruta de la Seda. Se trata de la iniciativa “Una Franja, Una Ruta”, oficialmente presentada en 2013 y que actualmente cubre 65 países y regiones6. Por la ubicación geográfica, España se puede proponer como hub para enlazar el corredor euroasiático con el norte de África y América Latina. Las empresas españolas también tienen la oportunidad de participar en proyectos de infraestructuras, donde empresas chinas necesitan establecer alianzas con empresas internacionales con mayor experiencia. En este sentido, España cuenta con empresas líderes en el sector a nivel mundial.

Además, China puede ser puerta de entrada a la región de Asia debido a sus estrechas relaciones comerciales con el resto de países asiáticos (Japón, la República de Corea, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, Hong Kong, Taiwán e India). En su conjunto, estos países asiáticos representan más del 41% del total de exportaciones e importaciones mundiales.

“Conocer este mercado exige un compromiso estable con el país y una gran flexibilidad de adaptación de los productos a los gustos locales”.

Para los extranjeros, es complicado entender la legislación y la rapidez de los cambios que se producen en China. Por todo ello, es imprescindible para las empresas que quieran implantarse en el gigante asiático recurrir al asesoramiento profesional y el acompañamiento de especialistas y, desde luego, conocer in situ el desarrollo del mercado y crear una red de contactos propia. Tal y como se desprende de un dicho chino: “Más vale ver una sola vez que oír cien veces”.

  1. National Bureau of Statistics
  2. CaixaBank Research
  3. National Bureau of Statistics
  4. ICEX
  5. ICEX
  6. Directorio Cámara Española en China
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