Cuando el restaurante de cocina estadounidense Black Bull abrió sus puertas seis años atrás, fue una señal de que la prosperidad había llegado a esta ciudad provincial.
Hoy en día, sin embargo, el restaurante está preparando un nuevo menú para una nueva era. Ya no tiene cortes de carne estadounidense y australiana debido a una prohibición del gobierno ruso. También desaparecieron los costosos patos importados y el foie gras que acompañaban las ensaladas de rúcula. Su chef principal, Yuri Skorinov, dice que ofrecerá bistecs de Uruguay, pato ruso y brie nacional frito para ocultar su procedencia.
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