A díÑ‚Âa de la fecha todo el mundo tiene asumidíÑ‚Âsimo que el mercado inmobiliario se está desacelerando. En lo que se varíÑ‚Âa es en el grado de tal desaceleración y en la duración de la misma. Hay quienes dicen -supongo que porque lo creen- que será suave y gradual, y que será breve. Yo pienso que no, que será muy profunda, y larga: varios años, bastantes. Pero hoy esto no es lo importante, lo importante es qué va a suceder con parte de la población que hoy se halla ocupada en la construcción y que mañana no va a estarlo.
Recientemente, el ministro de EconomíÑ‚Âa, el Sr. Pedro Solves, en una intervención en el Senado dijo que el sector servicios podríÑ‚Âa absorber a la población hoy ocupada en la construcción cuando el subsector decline; además, continúa el ministro, cómo el aterrizaje de éste será suave y progresivo, y breve, la cantidad de factor trabajo desplazado será limitado. Dejando a un lado la segunda parte del razonamiento y centrándonos en la primera, en la capacidad de absorción del sector servicios, no comparto, en absoluto, la tesis del Sr. Solves.
Una caracteríÑ‚Âstica fundamental del sector servicios es la de que el nivel de consumo de gran parte de lo que en él se genera es una función directa de la renta y de la capacidad de endeudamiento porque es consumido por unos usuarias/os finales. Y el consumo de la otra parte, de los servicios vinculados a la producción, lo es del estado general de la economíÑ‚Âa.
El sector servicios con importancia económica, es decir, con peso en el PIB es muy moderno: nació en USA a finales del siglo XIX y, verdaderamente, también en USA durante las décadas de los años 10 y 20. Y nació porque, tíÑ‚Âmidamente, muy tíÑ‚Âmidamente, la renta media empezó a crecer, al igual que la capacidad de endeudamiento media. Después, a partir de la década de los 50, es cuando se produjo la eclosión de dicho sector.
El consumo de servicios se halla íÑ‚Ântimamente relacionado con la pasta que la gente tenga en el bolsillo. Cubiertas las necesidades primarias y las secundarias, la población piensa en los servicios, porque los servicios son eso: lo dice el mismo significado de la misma palabra: “Organización y personal destinados a cuidar intereses o satisfacer necesidades del público o de alguna entidad oficial o privada” (Diccionario de la RAE). Es decir, alguien, de alguna manera, paga a otro alguien para que cuide de sus intereses o le satisfaga unas necesidades; por ello el sector servicios genera Píх½B. Pero para que alguien haga eso ha de poder pagar, es decir, ha de tener un excedente de renta sobre las necesidades básicas o capacidad de endeudamiento para pagar por tales servicios.
Suponer que la población hoy ocupada en el subsector de la construcción va a ser absorbida por el sector servicios equivale a suponer que va a haber una mayor demanda de servicios, es decir, una mayor renta media y/o una más elevada capacidad de endeudamiento, asíÑ‚Â como una economíÑ‚Âa en expansión que desde su vertiente productiva va a consumir más servicios.
¿Estamos seguros de que eso va a ser asíÑ‚Â?. Yo, la verdad, no sólo no lo creo, sino que pienso que va a suceder justamente lo contrario, es decir, que va a decrecer la demanda de servicios. Entonces, volvemos al principio: ¿qué va pasar con la población que hoy ocupa el subsector de la construcción?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
[Volver]