Por otra parte, es curioso que se hable tanto del impacto de la producción de biocombustibles en el precio de los cereales cuando, por un lado se reconoce que su impacto en los precios del grano oscila entre el 15% y el 30%, y por otro aún resuenan los ecos de los dramáticos anuncios de los excesos de capacidad en la producción de cereales de Europa, USA, Argentina o Brasil que hasta hace poco se lanzaban en todos los foros; ¿qué ha sucedido con esos excesos de capacidad?.
¡La demanda ha aumentado!, de China, de la India. ¡El libre comercio ha ido eliminando las ayudas agríÑ‚Âcolas a los paíÑ‚Âses pobres!. Y más.
Yo hago una pregunta muy simple (no tiene trampa: desconozco la respuesta): ¿qué porcentaje del incremento de los precios de los alimentos se debe a la especulación financiera? (a la basada en el futuro, claro: la compra a futuros de quienes saben que, en el futuro, el precio de las commodities se disparará porque escasearán. ¿Están pensando en el petróleo, verdad?). El quid de la cuestión está aquíÑ‚Â, no en los biocombustibles, no en los aumentos -actuales- de demanda de China e India. Porque, piénsenlo, todo eso ayuda, contribuye, claro, pero no es lo fundamental.
Especular con acciones de empresas automovilíÑ‚Âsticas, con tíÑ‚Âtulos de deuda pública de paíÑ‚Âses varios, con bonos de compañíÑ‚Âas constructoras, bueno, si, pero, los mercados financieros entienden de razones que los humanos desconocen. Especular con metales, incluso con oro; especular con madera, bueno síÑ‚Â, pero !. Sin embargo, especular con petróleo, con cereales, eso síÑ‚Â que da: hay que moverse y alumbrarse y, sobre todo, hay que llenar la barriga, en EtiopíÑ‚Âa, síÑ‚Â, pero también en Canadá y en España, y las rentas van a decrecer: la crisis, luego ese casi 22% que del gasto familiar que en el reino se destina a alimentación (Suecia, 13%), crecerá: negocio asegurado.
¡Claro que los precios de los alimentos continuarán elevadíÑ‚Âsimos!, ¿alguien lo duda?. (Y de rebote, se conseguirá que la gente acepte las semillas transgénicas; ¡toma ya!).
(Ya se han enterado de lo que hace dos díÑ‚Âas dijo Funcas: entren, miren y, si quieren, compren: http://www.funcas.ceca.es/Publicaciones/InformacionArticulos/Publicaciones.asp?Id=1407. Sólo aquíÑ‚Â, en lacartadelabolsa, ha sido dicho, ¡aún!, pero lo que Funcas dice, aplicado a España, se le parece muchíÑ‚Âsimo: estamos ante una crisis sistémica y las consecuencias de eso, y más para el reino, pueden ser pavorosas; pero aún no se dice, ¡aún!. Para la economíÑ‚Âa española supone el estancamiento, de entrada, largo, muy largo: “una recesión que puede ser intensa y duradera”, dijo el director general de la institución, el Sr. Victorio Valle. Impresiona que, crecientemente, más digamos cosas en esta líÑ‚Ânea, pero el mensaje oficial es el de que el año que viene todo estará bien. ¿Mi opinión?, sinceramente pienso que el Gobierno está buscando como aguantar hasta Noviembre, luego !).
(El derrumbe que se ha producido y que va continuar produciéndose en el subsector de la construcción era necesario y deseable; lo dijo ayer la ministra de la Vivienda, la Sra. Beatriz Corredor. “¡Alucinante!” dirán algunas/os, “¿cómo puede decir un miembro -¿miembra?- del Gobierno que es necesario y deseable que se volatilice una fuente de generación de PIB del reino?”, añadirán esas/os algunas/os. Lo peor del caso es que tiene razón, lo trágico es que no hay recambio a esa volatilización, es decir, el reino se va a quedar sin ese PIB; asíÑ‚Â como suena: se va a quedar sin ese PIB).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
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