De todos los retos que ha afrontado Grecia en los últimos años, empujar a sus ciudadanos a pagar sus impuestos ha sido uno de los más complicados.
A finales de 2014, los griegos debían al Estado cerca de 76.000 millones de euros en impuestos impagados acumulados durante décadas; el Estado asegura que de esa cantidad sólo se pueden recuperar 9.000 millones de euros y que la mayor parte del resto se perderá.
Y se deben miles de millones más en impuestos no declarados por la enorme economía sumergida del país, que antes de la crisis se estimaba que equivalía a más de una cuarta parte de su Producto Interno Bruto.
Matthew Karnitschnig y Nektaria Stamouli/The Wall Street Journal