Millones de estadounidenses cometieron, sin quererlo, un clásico error de inversión que contribuyó a la creciente desigualdad económica de hoy: compraron cuando los precios estaban altos y vendieron cuando bajaron.
En el último tramo de los mercados alcistas de la década de los 90 y de la siguiente, más familias estadounidenses se abalanzaron a las bolsas al ver el alza de los índices. Luego, cuando las bolsas se tambalearon, muchos vendieron sus acciones y asumieron las pérdidas. Los inversionistas que aguantaron durante los recientes colapsos recogieron los frutos, conforme las acciones casi se han triplicado entre 2009 y hoy.
Este camino dividido es uno de los motores de la cruda desigualdad en Estados Unidos. Muchos trabajadores han registrado una disminución de su patrimonio e ingresos a pesar de más de cinco años de expansión económica en el país norteamericano. Algunos temen que la brecha, que se ha ampliado desde hace décadas, pueda fracturar la sociedad y desacelere el potencial de EE.UU. para crecer a largo plazo.
Josh Zumbrum/The Wall Street Journal
[Volver]