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El mercado de valores va por un lado, y la economía por otro

Jueves, 25 de Noviembre de 2021 Carlos Montero

El crecimiento económico de EE. UU. Se contrajo un 2,3% en 2020, el peor año para la economía desde 2008. ¿Eso perjudicó al mercado de valores? Para nada. El S&P 500 ganó un 18%, muy por encima de su rendimiento promedio histórico del 10%. 2020 no fue la primera vez que vimos un mercado de valores más alto a pesar de una recesión económica. Lo mismo sucedió en otros 8 años desde 1930 ...

¿Qué pasa con la situación opuesta? ¿Ha bajado alguna vez el mercado de valores cuando la economía ha crecido? Sí, lo hemos visto suceder 18 veces, la más reciente en 2018.

Sobre una base de año calendario desde 1930, hay una correlación de 0.25 entre el rendimiento total del S&P 500 y el cambio en el PIB real. Eso se traduce en una r cuadrado de .06, lo que en un lenguaje sencillo significa que solo el 6% de la variación en el S&P 500 de un año a otro puede explicarse por cambios en el crecimiento económico.

Eso no quiere decir que las acciones y la economía no se hayan movido al alza durante largos períodos de tiempo. Ciertamente ese ha sido el caso ...

Pero en un año determinado es imposible predecir cómo una variable (la economía) afectará a la otra (las acciones).

¿Por qué las acciones no se mueven precisamente a la par con la economía?

Por un lado, las acciones tienden a ser un  indicador adelantado  de la economía. Eso significa que en años como 2020, cuando el crecimiento fue negativo, las acciones esperaban un mejor crecimiento en el futuro (estamos en camino de un crecimiento del PIB real del 6% en 2021).

También significa que en años como el 2000, cuando el crecimiento fue positivo, las acciones miraban hacia un crecimiento más débil (la recesión comenzó en marzo de 2001).

Donde esto se complica es que los rendimientos de las acciones con frecuencia  no le dicen nada importante  sobre la economía, sino que simplemente reflejan el sentimiento cambiante de los inversores. En ocasiones, los inversores pagarán más por un determinado nivel de ganancias y en otras ocasiones pagarán menos. Lo que está sucediendo en la economía es solo un factor de esa determinación.

Las acciones son, en última instancia, un reflejo de lo que los inversores están dispuestos a pagar hoy por un flujo de ganancias corporativas a largo plazo, que no es ni mucho menos lo mismo que cambios en el crecimiento económico a corto plazo.

Por tanto, el mercado de valores no es la economía. Entender eso como inversor es fundamental.

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