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El problema de 110.000 millones de euros que amenaza con colapsar Europa

Martes, 09 de Febrero de 2016 Carlos Montero

El colapso del sistema Schengen de fronteras abiertas tiene el riesgo de llevar a la Unión Europea a una nueva crisis económica. La escalada de la crisis migratoria europea - que vio como más de un millón de personas entraron en el viejo continente el año pasado - ha provocado la reintroducción de controles fronterizos temporales en la UE por primera vez en dos décadas, y amenaza con revertir una de las señas de la integración en la que se basa el proyecto europeo.

Eliminar el espacio libre de fronteras - en el que las personas y el comercio pueden moverse sin restricciones entre los 26 países del bloque - causaría "daños imprevisibles" para las economías del continente, dijo Peter Szijjarto, ministro de Asuntos Exteriores de Hungría.

"Si la zona Schengen va a ser demolida o destruida, entonces causará graves daños económicos difíciles de manejar", dijo Szijjarto.

Esta advertencia llega en medio del miedo a que la supresión de las fronteras abiertas de Europa pudiera eliminar unos 110.000 millones de euros de las economías de la UE en 10 años.

Se perdería alrededor del 0,8 por ciento de la producción económica total de la UE en una década si Schengen fuera totalmente desmantelado, de acuerdo con Strategie, un centro de investigación financiados por el gobierno francés.

El descenso del turismo sería el causante de casi la mitad de la producción perdida, ya que el retorno de los controles en las fronteras interiores interrumpiría la práctica generalizada de viajes de corto plazo dentro del continente.

Las fronteras permanentes también impondrían un impuesto del 3 por ciento en el comercio y una disminución de entre el 10-20 por ciento en el comercio hasta el 2026, dijo Strategie.

"Francia, Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca y Eslovenia tienen controles en las fronteras temporales introducidas para hacer frente a los flujos migratorios y de refugiados sin precedentes que han asolado Europa desde el pasado verano", dice Mehreen Khan en The Telegraph.

"Los líderes de la UE se reunirán el próximo mes para decidir si se debe suspender el acuerdo de Schengen - alcanzado por primera vez hace tres décadas - reemplazándolo con un sistema de control emergencia de los controles fronterizos de dos años, mientras las naciones ceden bajo la presión de la crisis migratoria.

Se espera que otros 1,3 millones de personas lleguen al viejo continente este año, según el Fondo Monetario Internacional.

El año pasado hubo un comercio de bienes por valor de 2,8 billones de euros en el espacio Schengen el año pasado y las empresas de transporte tienen el riesgo de perder 3.000 millones de euros al año en ingresos debido a unas restricciones fronterizas permanentes.

Alrededor de 1,7 millones de ciudadanos de la UE también obtienen su salario en un país diferente al lugar donde viven, y se enfrentan a la pérdida de tiempo en sus viajes transfronterizos.

La semana pasada, Pierre Moscovici, comisario europeo de asuntos económicos, consideró que la decisión de eliminar la Europa sin fronteras era un "error político y económico". La Comisión ha advertido que la marcha atrás de Schengen "tendrá un efecto significativo en el crecimiento económico" en los próximos años.

Szijjarto pidió a Bruselas preservar la zona libre de pasaportes a toda costa en un intento por detener el declive económico de Europa en la carrera global de los poderes regionales.

"Estados Unidos es muy fuerte, China tiene una gran política económica, los estados árabes están cada vez más fuertes, y nosotros, los europeos estamos profundizando nuestros propios problemas", dijo Szijjarto.

Hungría ha sido un crítico feroz de la gestión de la crisis migratoria, que ha visto el mayor movimiento de personas en sus fronteras desde la Segunda Guerra Mundial.

El gobierno de derechas del primer ministro Viktor Orban ha sido criticado por desplegar una valla de alambre de púas de 25 millas a lo largo de su frontera sur para impedir el flujo de refugiados desde Siria, Afganistán y el norte de África.

Pero Szijjarto dijo que su gobierno estaba haciendo el "máximo esfuerzo" para mantener vivo Schengen mediante el cumplimiento de su deber de proteger las fronteras exteriores de la UE contra el resto del mundo.

"La zona Schengen se basa en dos elementos: el primero es que no hay controles internos; y en segundo lugar, que nos protegemos del exterior", dijo.

"Si se rompe la segunda, la primera se puede romper muy fácilmente".

Advirtió que la frontera sur de Europa estaba "sin defensas" contra los flujos migratorios, criticando a Grecia por no registrar los cientos de miles de personas que han llegado a sus costas.

Con el apoyo de Alemania, Hungría ha pedido a Bruselas que incremente la ayuda a Macedonia - que no es miembro de la UE - para crear una nueva frontera Schengen de facto, con exclusión de Grecia.

"Si Grecia no cumple con las normas Schengen, entonces necesitamos otra defensa", dijo Szijjarto. "Esperamos que un estado no miembro de la UE defienda la zona Schengen. Pero los tiempos de crisis provoca situaciones locas".

Ahora en 21º cumpleaños, el acuerdo de Schengen está en el centro de la integración económica de la Unión Europea. Pero su desaparición también podría poner más presión sobre el otro punto de referencia del proyecto federalista: el euro.

Jean Claude-Juncker, presidente de la Comisión Europea, ha dicho que restringir el movimiento transfronterizo socavaría la santidad de la unión monetaria.

"Sin Schengen, el euro no tiene sentido", dijo Juncker el mes pasado.

"¿Qué sentido tiene tener una moneda única si no se puede viajar libremente por todo el continente?"

 

Fuentes: Mehreen Khan, The Telegraph

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