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España, la economía se frena

Viernes, 28 de Octubre de 2022 Redacción

La economía se ha frenado en el tercer trimestre del año, con un crecimiento intertrimestral del 0,2%. La incertidumbre global, la drástica desaceleración de la zona euro y la desenfrenada inflación están haciendo mella en los componentes clave de la economía nacional. El deterioro de las exportaciones y el frenazo de la inversión en vivienda han sido los causantes de este frenazo de la economía española.

Este dato contrasta con el buen segundo trimestre del año. El PIB español registró entonces una variación del 1,5% respecto al trimestre anterior en términos de volumen (descontando la inflación o deflactor del PIB). Esta tasa es 1,7 puntos superior a la registrada en el primer trimestre (que el INE ha revisó a la baja con una contracción del -0,2%). En términos interanuales, el PIB ha crecido un 3,8% en este tercer trimestre, un descenso rotundo desde el 6,8% del trimestre anterior.

Las exportaciones han pasado de crecer un 4,9% a ralentizarse al 1,3%, producto de la ralentización global de la economía, pero sobre todo de los países de la zona euro que conforman la pareja comercial más importante de España. El crecimiento de las exportaciones ha sido el más bajo desde el fatídico segundo trimestre de 2020, cuando la pandemia del covid se apoderó de la economía europea y global.

El otro punto negativo ha sido el de la inversión en vivienda y construcción, que ha entrado en terreno negativo, con una contracción del -0,1%. Este frenazo en seco de la inversión residencial se debe en buena parte a unas expectativas inmobiliarias que se han deteriorado sobremanera con las subidas de los tipos de interés, que ya están haciendo mella en la demanda de crédito hipotecario y en las perspectivas de precios de la vivienda.

La caída en inversión en vivienda ha lastrado el componente conocido como formación bruta de capital fijo. Este componente desaceleró su crecimiento trimestral casi dos puntos, desde el 2,5% del segundo trimestre al 0,6% en el tercero. Mientras que la formación bruta de capital (un componente más amplio) ha avanzado un 1,4% gracias a la mayor inversión en maquinaria, productos de la propiedad intelectual y a la elevada variación existencias (inventarios). Esto último (la acumulación de inventarios) no suele ser una buena señal para el componente de inversión, puesto que puede ser producto de una ralentización del proceso productivo de las empresas.

El gasto público, por su parte, aumentó un 0,6% entre julio y septiembre, volviendo a tasas positivas tras tres trimestres consecutivos de descensos.

Por otro lado, la demanda interna está aguantando mejor de lo que se preveía. El consumo de las familias ha mantenido un crecimiento del 1,1% trimestral frente al 1,2% del trimestre anterior. Aunque la inflación está haciendo mella en el poder adquisitivo de los hogares, por ahora el consumo se mantiene en terreno positivo de forma clara.

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