La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Europa

Miercoles, 17 de Mayo de 2017 Santiago Niño Becerra

Se enterarían. El problema de la actual Europa es que nació en un momento en que nada se parece al actual: ¿en qué se parecen 1957 y el 2017?. Entonces todo eran esperanzas, deseos, posibilidades de hacer negocios, y necesidades por cubrir y deseos por saciar. Con el tiempo, aquellos que firmaron aquel papel en Roma metieron –por mero interés–, en el grupo a otros y hoy las diferencias reales entre aquellos y estos se han vuelto más abismales porque ya no hay expectativas.

http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/10/actualidad/1489160959_402895.html

Porque la realidad es tozuda. Son miembros del mismo club pero, ¿qué tienen en común Dinamarca, España, Polonia, Francia, Rumanía y Holanda?, pues absolutamente nada.

Mientras el mundo fue bien, mientras se alimentó la ficción de que el riesgo de Grecia y España eran prácticamente los mismos que los de Bélgica y Alemania, todo fue bien: el dinero fácil corría y los beneficios aumentaban. Atrás había quedado aquella ‘Europa de geometría variable’ de mediados de los 90 cuando, tras firmado Maastricht, empezaron a verse la diferencias.

Pero hoy, en plena crisis sistémica, todo está saliendo a la luz. Lo de la geometría variable se ha abandonado porque quedaba mal, ahora se habla de ‘varias velocidades’. Polonia y esos países del Este de Europa que jamás debieron haber entrado en la UE como entraron se encuentran con la realidad pura y dura: que ellos no son como los demás y que los recursos son limitados porque todos tenemos problemas. (Y España calladita porque tampoco debió se haber sido metida en el euro como lo fue).

Esos países interesaron en su momento, pero ya cada vez interesan para menos cosas; por lo que cada vez habrá menos dineros para ellos y los demás tratarán de poner tierra de por medio. Cuando todo va bien, las cosas van, pero cuando deja de ir bien …

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