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Financiación regional, más

Martes, 19 de Agosto de 2014 Santiago Niño Becerra

La filosofía del tema está muy clara y se basa en dos principios: servicios iguales en cantidad y calidad para todos los españoles financiados por las contribuciones fiscales que cada español paga. (Aquí 'español' = 'residente').
 
En esta filosofía se está insistiendo machaconamente desde la promulgación de la LOFCA en 1980. Este machaqueo es una especie de cantinela que muchos repiten con fe y con fervor pero que a solas nadie cree porque no hace falta más que repasar los euros por habitante en los diferentes servicios con que los residentes en las distintas regiones disponen para financiarlos y lo que cada uno de esos residentes aporta.
 
No se dice porque no es políticamente correcto decirlo y porque nadie quiere romper ninguna baraja para seguir jugando a no se sabe muy bien qué juego, pero lo cierto es que esa filosofía que se sigue manejando no se cumple porque no se puede cumplir ya que no hay fondos suficientes para que pueda cumplirse.
 
Quienes más aportan acaban teniendo peores servicios que los que reciben, a la vez que sus recursos para mejorar su situación se ven drenados, debiendo complementar con deuda pública propia tales carencias, lo que aún drena más sus recursos ya drenados. Y quienes más reciben se convencen que esa es la situación correcta y mantienen unas estructuras dependientes de lo que el Estado les transfiere detraído de quienes más aportan.
 
España es un país pobre que no puede seguir manteniendo todas las estructuras regionales que desde 1980 empezó a tener. Hay regiones que no son sostenibles porque dependen absolutamente de lo que se les da; hay regiones que tienen transferidas algunas competencias que no pueden sostener sin los fondos que el  Estado les entrega; y hay regiones que podrían estar mejor de lo que ahora están. Esto no es una ficción, la ficción es la situación que se lleva arrastrando desde 1980. Y, desde luego, tampoco es política: otro de los errores garrafales cometidos: politizar la financiación regional, algo que no tiene nada, pero nada, de político.
 
Ante Los despropósitos actuales en relación con la financiación regional, pienso que sólo quedan dos posturas: o bien se redefine de arriba a abajo y de dentro hacia afuera la estructura regional de España a fin de plasmar la estructura de cada región más conveniente de cara a su sostenibilidad, o bien se implanta en todas las regiones un sistema fiscal en el que, sin más, cada palo que aguante su vela. Ya: en España la norma es 'el tiempo dirá', pero lo que sucede es que ya no hay tiempo. Supongo que, como en otras ocasiones, la solución vendrá de fuera?
 
Lo que sí es cierto es que el actual sistema es INSOSTENIBLE, y tal insostenibilidad NADA tiene que ver con la política.
 
(Ya, se preguntarán porqué se diseñó un sistema tan perverso, pues porque era el más fácil de poner en marcha y el que contentaba a un mayor número de españoles. Nada resolvía, pero paliaba una situación en unos momentos en los que se pensaba / se quería creer que la solución a la insostenibilidad del sistema acabaría viniendo del cielo. El tiempo ha pasado, el sistema ya no va ni con ruedas y del cielo sólo viene, cuando viene, lluvia; y como nada se ha resuelto, cuando el tema sale se habla de política, lo que es fácil y gratuito. Y ahí estamos).
 
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