Los banqueros, liderados por el presidente de Goldman, Gary Cohn, ofrecieron a Grecia un producto financiero que permitiría a ese país redistribuir parte de la deuda de su sistema sanitario para que tuviera que hacer frente a ella mucho más adelante.
El New York Times compara este método al que aplican ciudadanos con problemas económicos cuando hipotecan sus casas para poder pagar las facturas de sus tarjetas de crédito.
La táctica ofrecida por Goldman ya había funcionado en 2001, poco después de que Grecia fuera aceptada en la zona euro. Entonces, esta firma diseñó una estrategia mediante la cual Atenas pudo tomar prestado miles de millones de euros sin superar los límites fijados por Bruselas, señala el periódico neoyorquino.
La transacción, que no salió a la luz pública porque fue calificada como una intermediación de divisas y no como un préstamo, permitió a Grecia cumplir las normas de Bruselas mientras seguía gastando más de lo que tenía, afirma el New York Times.
Atenas no aceptó la última propuesta de Goldman, pero a raíz de la grave crisis de credibilidad que sufre Grecia debido a la mala situación de sus cuentas públicas, el papel que jugó Wall Street en el “más reciente drama financiero mundial” arroja serias preguntas, en opinión del diario.
Al igual que en la crisis de las “subprime” (hipotecas de alto riesgo) en EE.UU. y el colapso y posterior rescate de la aseguradora American International Group (AIG), productos financieros de derivados jugaron un papel fundamental en la fase previa a la crisis de deuda de Grecia, recuerda el periódico.
Instrumentos desarrollados por Goldman, JPMorgan Chase y otros bancos permitieron a Gobiernos europeos ocultar los préstamos adicionales que hacían, como ocurrió en Grecia e Italia y probablemente en otros países, según el New York Times.
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