La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Grandes superficies

Martes, 24 de Octubre de 2017 Santiago Niño Becerra

Parece ser que las grandes superficies van a la baja y la tendencia se dirige hacia las tiendas situadas en grandes locales del centro de las ciudades. Aquí se explica muy bien 

Yo, la verdad, no lo entiendo. Entiendo las razones que se dan: menos uso del automóvil, mayor número de hogares unipersonales, poder adquisitivo estancado para un creciente número de familias, pero una gran superficie tiene una serie de ventajas de las que carecen las tiendas.

En una gran superficie existe una variedad y un stock de mercancías de los que carece una tienda, a eso se une las ofertas periódicas que las grandes superficies realizan; ambos aspectos son aplicables tanto a las superficies generalistas como especializadas. Lo que sucede es que, pienso, generalmente no se está maximizando el uso que se puede dar a una gran superficie.

Hoy, pienso, una gran superficie debe utilizarse de un modo diferente al que se utilizaba en el pasado. Antes de la manifestación de esta crisis, una familia iba a una gran superficie, cargaba el coche para, al menos, quince días, merendaba en la zona de bares, y posteriormente iba al cine o a dar una vuelta por el área de tiendas. Y, ya por la tarde, tarde, regresaba a su domicilio. Ahora, por la situación económica, el número de familias que pueden hacer eso ha disminuido, y el número de personas que viven solas que lo hagan también ha caído. Pero las cosas podrían hacerse de otra manera.

Imaginemos a dos o tres familias o a dos o tres personas que vivan solas que se pongan de acuerdo para poner en común sus listas de adquisiciones yendo en un solo vehículo a una gran superficie (evidentemente no las tres familias al completo). En esa gran superficie compartan ofertas adquiriendo conjuntamente varios paquetes o varias unidades que luego se repartirán. Y tomando como referencia la compra para un período de tiempo comprendido entre una quincena y un mes. No he realizado una comparativa de precios entre ambas situaciones, pero intuitivamente creo que, para el consumidor, el coste de esta opción es menor que el de ir un día sí y un día no a una tienda de barrio o a una tienda grande del centro de una ciudad. ¿Problema de esta opción? El, en algunas cosas, acervado hiperindividualismo de las españolas y de los españoles.

Además se pondría en marcha un círculo virtuoso: al crecer el consumo en las grandes superficies estás podrían incrementar su demanda, obteniendo mejores condiciones, lo que les permitiría aumentar y mejorar sus ofertas, lo que atraería a más posibles compradores. A eso se añade la capacidad financiera de una gran superficie (más si se trata de una marca multicentro y más aún si es multinacional) para realizar ofertas financieras.

La pregunta: ¿por qué no se ha ido en esa dirección y, según parece se está yendo en la opuesta?.

[Volver]