En mi caso, pensar en un ajuste de los mercados es valorar la posibilidad de que se estrechen ante unas perspectivas económicas y para la inflación más adversas en el futuro. Estrechar es una forma simple de advertir sobre su reducción, ante la elevada capacidad de actividad creada en el pasado. Un Ajuste de este tipo siempre es doloroso. Al menos las condiciones financieras pueden mejorar si los bancos centrales se emplean a fondo para lograrlo. Es el caso de la Fed, pero no tanto del ECB. Pero, ¿tiene que bajar los tipos de interés para mejorar las condiciones monetarias? Especialmente cuando sus estatutos centran el objetivo final en la inflación. Y la inflación está en estos momentos muy por encima de objetivos, por la espiral de los precios de las materias primas.
SíÑ‚Â, estar en contacto. Pero lejos de coordinar la actuación. AsíÑ‚Â lo ve el ECB. Y la Fed no se queja, implicada ahora en la tarea de compensar la acumulación de riesgos sobre la economíÑ‚Âa norteamericana. Pero valora de forma positiva para el crecimiento la debilidad del USD. La inflación pasa a segundo plano. El riesgo moral no es importante en un entorno como el actual. Las ramificaciones de la Crisis de los mercados de crédito se traducen al final en una mayor presión sobre las entidades financieras. Y esto acentúa el riesgo de un credit crunch cuando los mercados de emisiones no son lo suficientemente líÑ‚Âquidos como para absorber un aumento en las emisiones. No es una cuestión de tamaño, como también de precio. Y los spread de crédito se mantienen altos frente a los niveles de los últimos años, pero lejos de los niveles máximos de crisis anteriores.
¿Demasiado optimistas? Ya saben: el escenario central, si se toman las medidas adecuadas para facilitarlo. Esto significa tipos de interés más bajos, políÑ‚Âtica fiscal expansiva y coordinación en la regulación. Claro, precios del crudo más bajos. Pero algunos de estos factores es en estos momentos casi un deseo.
Un Ajuste de los mercados, a través de las entidades financieras, que tardará bastante tiempo en alcanzar su máxima amplitud. Meses más que semanas. Quizás años. A la larga, será positivo. A corto plazo la situación es demasiado confusa para decantarse. Esto deja en una posición envidiable a la deuda pública, favorecida por su papel de refugio frente a la incertidumbre. Especialmente a los tramos cortos de la curva de tipos, lo que llevará a continuar con la ampliación de la curva iniciada a finales del año pasado. También esperamos que el EUR alcance niveles más altos frente al USD, ante la combinación de argumentos (técnico, corto plazo y estructural). Pero será un movimiento de ida y vuelta, si la Fed consigue finalmente evitar el peor de los escenarios. Por último, neutrales para las bolsas por el momento. ¿Y emergentes? Igual. No es momento de tomar riesgos en los mercados.
José Luis MartíÑ‚Ânez Campuzano es Estratega de Citi en España