Los temores a un alza en las tasas de interés de Estados Unidos están haciendo que los gestores de fondos reduzcan sus inversiones en los mercados emergentes.
Por ahora, los inversionistas siguen apostando a las economías en desarrollo, aunque el ingreso de capitales se ha moderado. Las acciones y los bonos de mercados emergentes recibieron US$9.000 millones de inversión en agosto, comparado con un promedio de US$38.000 millones mensuales entre mayo y julio, según los datos más recientes del Instituto de Finanzas Internacionales.
No obstante, tras pasar meses comprando activos en países como Brasil, Sudáfrica e India, seducidos por la idea de obtener retornos más altos que en las economías desarrolladas, los inversionistas están asumiendo una postura más conservadora.
Nicole Hong y Matt Day/The Wall Street Journal
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