Estefanía Fonseca / www.invertia.com
El sector inmobiliario aún tiene que recorrer un largo camino para reducir su factura financiera. Según los balances que las inmobiliarias han remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a cierre de 2010 las principales cotizadas del sector debían a las entidades 23.190 millones de euros, frente a los 26.763 millones del año anterior.
En dos años esta partida ha menguado -solo un 19%- y enmarcada, en la mayoría de los casos, dentro de los procesos de refinanciación y de reestructuración de deuda de las empresas. En esta ardua travesía las inmobiliarias se han visto en la obligación de canjear activos por deuda; dar entrada a sus acreedores en el accionariado, vender activos estratégicos o firmar quitas de deuda. Un desgaste necesario para garantizar la supervivencia.
Tal es el caso de Colonial, que en febrero de 2010 alcanzó un acuerdo con sus bancos acreedores para refinanciar 4.960 millones de euros mediante su reestructuración en tres partes: dos ampliaciones de capital y la conversión de bonos por acciones. Todo ello unido a la segregación del negocio patrimonial, respecto del de suelo y promociones.
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