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La operativa con CFDs ¿es una trampa para desplumar incautos, un timo legal, una estafa consentida ¿Quién y cómo gana?

Miercoles, 26 de Junio de 2019 Redacción

Hace varios años alguien me comentó medio en broma que, dado que desarrollaba simuladores para optimizar redes de oficinas de entidades bancarias, y herramientas de toma de decisiones de negocio, también basadas en sistemas de simulación predictiva, podría intentar un simulador para bolsa, un programa que permitiese anticipar su  comportamiento, para invertir con buenas probabilidades de éxito. La idea quedó en el subconsciente, hasta que despertó, cobró fuerza y terminó por materializarse en el enunciado de un reto que, resumido, era: Diseñar un algoritmo tal que, a partir de información pública disponible antes de operar, fuese capaz de calcular posiciones con un porcentaje de aciertos superior al 50%. Era sugerente y decidí estudiar el comportamiento de los CFDs, entre otras razones porque facilitaban posiciones cortas y largas, con apalancamiento y stops, lo que daba mucho juego matemático.

 El siguiente paso consistía en localizar y descargar datos históricos, que fue el primer problema: los brokers de CFDs con los que contacté decían que no los tenían “eso hay que mirarlo sobre el gráfico de la aplicación”, lo que muy convenientemente para ellos, imposibilitaba cualquier tipo de análisis metódico. Al final encontré una página rusa (Dukascopy) que permitía justo lo que necesitaba: descargar datos de movimientos de los principales índices mundiales, de varios años y minuto a minuto.

Tenía suficiente para empezar y, tras bastantes semanas de trabajo, dispuse de una potente herramienta con la que podía plantear cualquier tipo de algoritmo que se me ocurriese, lanzarlo contra los datos históricos, y ver qué pasaba.

Imagen ilustrativa

Los resultados iniciales ya superaron todas las expectativas, al  batir por mucho la rentabilidad anual de algunos índices, pero los últimos cálculos eran puramente increíbles, con factores de acierto del orden de 1,7 (esto supone abrir 270 posiciones acertando la tendencia en 170 de ellas, frente a 100 errores). En estas condiciones, con el apalancamiento y stops adecuados, y reinvirtiendo los beneficios de cada operación, el capital inicial llegaba a multiplicarse por 8, 9 o 10 a final de año (estás leyendo bien, no hablamos del 9% sino del 900%).

Una vez comprobados exhaustivamente los cálculos, abrí una cuenta en uno de los brokers más conocidos, empecé a operar y, asombrosamente, el mismo algoritmo que sobre los datos históricos ofrecía un factor de aciertos de 1,7, puesto en práctica no llegaba a 0,2 es decir, por cada 120 posiciones abiertas, acertaba en menos de 20, sin que hubiera ninguna justificación matemática para este resultado. A posteriori creo que la explicación es muy sencilla y consiste en que la contraparte de una posición abierta en un CFD no es otro inversor, sino el propio broker, de donde se deriva que todo lo que gane el trader lo pierde el broker. Esto, que inicialmente ya es un mal asunto, empeora mucho más porque una posición resulta ganadora o perdedora en función de la cotización del CFD, y quien decide la cotización es el broker, o su proveedor de datos, que es lo mismo. Así, si observamos simultáneamente el movimiento de un CFD y el de su subyacente en tiempo real, probablemente veremos que hay un cierto paralelismo entre ambos, pero no una correspondencia exacta.

Como la plataforma del broker conoce las posiciones de los traders con todo detalle, con ellas y los datos del subyacente en tiempo real, podría aplicar una fórmula aritmética sencilla que calculase la cotización del CFD en cada instante, de la forma más ventajosa para el broker, sin separarse excesivamente del subyacente, es decir, que moviese la cotización para barrer las posiciones de los traders. Si esto fuese así, cuadraría totalmente con mi propia experiencia.

Bajo mi punto de vista, lo que ocurre en una plataforma de inversión equivale a que los traders  apuestan a cara y cruz contra el broker, que es el que tiene la moneda, pero en vez de lanzarla al aire, la mantiene en su bolsillo y dice si ha salido cara o cruz, en función de cómo estén las  apuestas. Si el mayor volumen de posiciones es largo, el CFD se desplazará hacia abajo, y si es corto subirá. En caso de posiciones dispersas, puede que lo veamos fluctuar velozmente, en lo que va a parecer un momento de gran indecisión del mercado, cuando en realidad no será otra cosa que una fórmula haciendo saltar todos los stops posibles. Bajo ciertas circunstancias el trader ganará, tendrá algún día de suerte, pero a corto plazo terminará perdiendo toda su inversión. Es decir, la operativa con CFDs no sería más que una trampa para desplumar incautos, un timo legal, una estafa consentida… supuestamente, claro.

Joaquín Almendros

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