La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

“En el ministerio la parálisis es total. Y si ahora es así ¿Qué sucederá en el futuro?

Miercoles, 27 de Abril de 2011 Moisés Romero

Lleva más de 30 años de funcionaria en un ministerio. Enviudó joven hace poco. Ayer volví a verla. Me contó que "la parálisis es total en mi negociado y me asusta. No se mueve un papel, no se autoriza ni un solo presupuesto y como todos saben que no hay dinero ni se autorizan presupuestos, nadie pasa por ventanilla. Mi jefa se encierra largas horas, más allá de las propias del trabajo, en su despacho. Las que dependemos de ella hacemos manualidades para no caer en el aburrimiento del aburrimiento. Pero me da miedo. Yo hago ganchillo, punto de cruz, que apenas se nota y no hace ruido, por si pasa mi jefa u otro superior, y el resto se afana en resolver crucigramas o sudokus. En la crisis de primeros de los 90 sucedió algo similar, pero creo recordar que fue más breve. Esto se parece a la muerte por inanición. Lo peor del caso es que no hay expectativas. En ciclos anteriores sí había expectativas de mejora. Ahora no. Hay un silencio espeso que presagia lo peor. Ya nos han bajado el sueldo, no admiten a más funcionarios ¿para qué? Si esto sucede ahora ¿qué ocurrirá a partir de ahora? ¿Estaremos todos los días de huelgas y de manifestaciones como ya vemos que sucede en Grecia, España y otros países periféricos?

Adrián. M. es empleado de un Ayuntamiento de un pequeño pueblo de Albacete. Me ha dicho que “en este pueblo vivimos de la recaudación de impuestos, que es muy corta, y de la agricultura en terrenos del Ayuntamiento. En los últimos años, el anterior Alcalde hinchó la nómina de trabajadores. Llevamos dos meses sin cobrar y asíт­ seguirá hasta que lleguen las subvenciones de Bruselas a la agricultura. Por supuesto, no se compra ni un lápiz ni un papel. Me dicen que muchos Ayuntamientos en España están en una situación similar, incluso que alguno de los Grandes Ayuntamientos puede suspender pagos, entrar en concurso…”

Carlos S. es médico. Trabaja en uno de los denominados hospitales privados de la Comunidad de Madrid. La semana pasada me contó que “esto empezó mal y evoluciona peor. Los recortes presupuestarios se generalizan y los médicos y enfermeras, en general todo el personal del hospital, buscamos otras alternativas. Es la pescadilla que se muerde la cola, a peor servicio, menor demanda. Apuesto por que al final cerrarán este hospital por falta de financiación y otros hospitales privados, como ya ha sucedido…”

Lorenzo M. es director financiero de una compañíт­a mediana especializada en alta tecnologíт­a. Hace unos díт­as me contó que “a principio de año estuvimos mirando y analizando la fusión con alguna pequeña compañíт­a de nuestro sector en Estados Unidos, pero la Crisis ha galopado a tal velocidad que no sólo no contemplamos la fusión con compañíт­a alguna, nacional y extranjera, sino que vemos cómo adelgaza nuestra cartera de pedidos. En la actualidad tenemos el trabajo justo, con tendencia a peor y, además, los pagos de nuestros clientes se demoran cada vez más. Entre nuestros clientes hay un Estado europeo de los llamados periféricos…”

Ángela S. trabaja en una gran multinacional. La semana pasada me dijo que “llevamos meses en permanente reflexión, esperar y ver. No movemos ni un euro, ni un músculo. Ni entra ni sale actividad de la multinacional, lo que determinará un deterioro de los ratios. Pero los jefes nos han transmitido que hay que esperar, a ver por dónde sale el sol. Y el sol ha salido ya con mucha fuerza, un calor implacable y nada de nada…”

Alonso P. trabaja en el departamento de Bolsa de un gran banco. Estuvimos comiendo la semana pasada en un restaurante en el centro de Madrid. “Hoy toca menú de 12 euros. El banco me mira con lupa todos los gastos. Además ahora tengo que detallar bien la comida y la bebida y con quién como, cuándo y dónde. Los teléfonos que nos sirven para cursar las órdenes de los clientes están llenos de polvo y de tela de araña ...”

Hay más casos en ésta, incluso en peor dirección…Por ejemplo, agencias inmobiliarias, restaurantes, comercios, agricultores, parados de larga duración, periodistas…

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