(Para aquellas/os de Uds. que no pudieran, les recomiendo que, en esta misma página, accedan a “Archivo” (arriba a la izquierda); una vez dentro pulsen sobre “Opinión” y lean la serie “Septiembre” que, a partir del 31 de Julio publiqué en lacartadelabolsa. Lo digo para centrar lo que viene a continuación).
RequetepoquíÑ‚Âsimos el año pasado, poquíÑ‚Âsimos desde el mes de Enero del presente año y muy, muy pocos desde Junio, hemos estado diciendo, por activa y por pasiva, que estamos entrando en un proceso de precrisis que se extenderá hasta el 2009 y que será la antesala de una crisis muy profunda que sacudirá la economíÑ‚Âa y la sociedad de todo el planeta entre el 2010 y el 2015, crisis que, de verdad, de verdad, no concluirá hasta el 2018.
En general, pero de forma muy particular en el reino, el mensaje oficial ha sido el de que “las cosas de la economíÑ‚Âa están bien”, mensajes que se han prodigado desde que se hizo público -llegó a la opinión pública- en Agosto el affaire de las subprime. Septiembre, para la mayoríÑ‚Âa de muchas/os que de economíÑ‚Âa hablan, fue un mes complicado en el que tuvieron que justificarse cosas, como que lo que se veíÑ‚Âa en la calle no se correspondíÑ‚Âa con lo que esas personas habíÑ‚Âan estado diciendo hasta hacíÑ‚Âa unas semanas, máxime cuando reconocidos cerebros empezaron a decir que las cosas de la economíÑ‚Âa podíÑ‚Âan torcerse.
A lo largo del mes de Octubre, no en manada, pero síÑ‚Â sin pausa, han ido aumentando las voces que han empezado a poner manchas en la evolución económica, voces que, en ningún caso, y mucho menos en España, pertenecen a políÑ‚Âticos (de los demagogos, ni nos acordamos). En los últimos díÑ‚Âas, esa tendencia que iba sumando voces discordantes a los mensajes oficiales se ha incrementado, y, cabe destacar, que algunas de ellas han subido su tono y la intensidad de su mensaje. Concretamente, en la Pág. 24 de El PaíÑ‚Âs del 30 de Octubre podíÑ‚Âan leerse las palabras del Sr. José Carlos DíÑ‚Âez, economista jefe de Intermoney: “La recesión está descartada para 2008, pero no para 2009”.
El pasado mes de Septiembre no fue un mes más. Cuando en el futuro la Crisis del 2010 sea analizada, los libros de historia constatarán que ese fue el mes en que todas las tensiones empezaron a manifestarse y a cocerse los ingredientes que, a finales del 2009, abocaron a la economíÑ‚Âa mundial a una crisis profunda, sistémica, y que supuso un reajuste al modo como hasta el momento se habíÑ‚Âan estado haciendo las cosas económicas y sociales. La pregunta es, ¿por qué Septiembre?; la respuesta es: por una simple cuestión fíÑ‚Âsica.
Si Uds. toman un globo de feria, ajustan su embocadura a sus labios y empiezan a introducir aire en él, el globo se irá llenando sin problemas. Si continúan introduciendo aire en el globo, y si pudieran grabar la escena a altíÑ‚Âsima velocidad, apreciaríÑ‚Âan que, a partir de un momento, en la superficie del globo comienzan a manifestarse unas microgrietas, microgrietas que desencadenan el estallido del globo. Pues bien, esas microgrietas han empezado a manifestarse el pasado mes de Septiembre.
El sistema, desde 1973 en que se demostró que ni la energíÑ‚Âa iba a continuar siendo barata, ni que sus reservas eran inagotables; desde que en 1979 se puso sobre la mesa que el incremento de productividad y no la demanda podíÑ‚Âa ser el motor de avance de la economíÑ‚Âa; desde 1991 cuando se permitió que el endeudamiento creciese y creciese sin freno ni tino; y desde que en 1995 las TICs comenzaron a masificarse en todos los órdenes de la economíÑ‚Âa y de la sociedad y en todos los niveles de una y otra, se han ido generando tensiones que, en base a la interpenetración que se ha ido generando a medida que la globalización iba afectando a todos en todas partes, han llegado a un punto en que ya no pueden ser reabsorbidas y reencauzadas por el sistema. Entonces aparecen las microgrietas y el globo estalla.
Cuando todo haya pasado y los historiadores limpien de interferencias los archivos informáticos, podrá analizarse en detalle la génesis del proceso, hasta entonces, quedémonos con lo que mañana veremos.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
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