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MIS ÚLTIMAS REVISIONES (PERDÑ“N) PREVISIONES. LAS COSAS NO SON COMO NOS GUSTARÍA, SINO COMO SON

Lunes, 03 de Mayo de 2010 Santiago Niño Becerra

ilustracionHabitualmente las cosas no son como nos gustarían, sino como en realidad son. Uds. están leyendo cada día previsiones elaboradas por expertos y por instituciones, de hecho Uds. leyeron aquí las anteriores a estas que tienen ante sus ojos fechadas a 31 de Enero; les adelanto que muy poco han variado los números pero en nada ha variado lo único que en Economía es verdaderamente representativo: la tendencia, y lo que indica esa tendencia es que la economía española va a peor. Respecto al PIB lo ya sabido: diluidos los últimos efectos de los planes de ayuda y ante la imposibilidad física de nuevas inyecciones por haberse alcanzado el límite actualmente tolerable de crecimiento del déficit, la caída. Caída en la que, pienso, se pondrá dramáticamente de manifiesto el impacto de la deuda TOTAL española, no sólo el de la pública, algo que a lo que en lacartadelabolsa hemos estado destacando hasta la saciedad y que tan bien puso de manifiesto el informe de Standard & Poor"s en el que rebajó la calificación de la deuda española. España tiene un déficit elevadísimo y, durante unos meses más, creciente; una deuda total tremenda: 400% del PIB (Familias: 90%, Empresas: 145%, Entidades Financieras: 110%, Entes públicos: resto) que impide, que imposibilita a la economía española crecer porque el fantástico crecimiento del "España va bien" fue financiado a base de crédito y España ha agotado su capacidad de endeudamiento, lo que imposibilitará el aumento de la recaudación fiscal, lo que convertirá los tijeretazos al gasto público en la única herramienta para tratar de estabilizar la situación.

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El exterior no ayudará en nada a la economía española: la crisis que está llegando es sistémica: afecta a todos, y postglobal: lo que les pasa a todos afecta a todos, y afecta a todos de nuevo, y eso es inevitable. La evolución de esta situación, el empobrecimiento generalizado (de media: como en todas las crisis del pasado, habrá personas físicas y jurídicas que aumentarán su ya abultada riqueza), pero en España más porque, además de esa megadeuda que España tiene, tiene muy poco a lo que aferrase: como ejemplo: el 80% de los fiestas, ibizas, merivas, y polos que España ensambla (no fabrica), ¿quiénes los adquieren?, pues personas que van a estar en una situación parecida a quienes en España los ensamblaban, luego ...

¡Ah!, y recuerden: las crisis sistémicas duran diez años, y lo que llega después en nada se parece a lo que se fue.

Dicho lo dicho, es evidente que el desempleo del factor trabajo va ser (va a seguir siendo) elevado, muy elevado: si la productividad española es baja, si la estructura del PIB está formada por bienes y servicios de reducido valor, la competitividad española es baja y el nivel de exportaciones también lo es; la salida ha sido el mercado interior -mercado interior que ha recurrido al crédito para alcanzar el nivel que alcanzó- o la “exportación” de bienes que adquirían personas no-españolas pero que mantenían aquí -viviendas, turismo-, también a través del crédito; esa ha sido la evolución de las cosas que ya no puede seguir al haberse agotado la capacidad de endeudamiento española y no-española, y al caer a plomo la capacidad adquisitiva de la clase media, española y no-española.

Falta demanda de trabajo porque la capacidad de endeudamiento de familias y empresas se ha agotado y sobra oferta de trabajo (hecho agravado por los millones de inmigrantes que se dejaron llegar a fin de reducir los costes laborales de las empresas que fabricaban -a crédito- los bienes y elaboraban -a crédito- los servicios que eran consumidos a crédito). ¿Qué evolución del desempleo puede esperarse?, claramente al alza, una evolución que una reforma laboral enfocada a reducir los costes laborales no cambiará ya que el desempleo en España mucho más que por unos altos costes laborales es debido a un clamoroso desajuste entre oferta y demanda de trabajo.

PIB a la baja y desempleo al alza, ¿qué puede esperarse de los precios?, pienso que decrecimientos provocados por hundimientos en el consumo, cierto: el petróleo: commodity especulable y de disponibilidad decreciente. El consumo de energía está disminuyendo, el de gas también, y el de combustibles. Pienso que durante unos cuantos meses el precio del crudo y el de sus derivados puede permanecer estable con ligeros descensos (pocos: es fuente de recaudación fiscal), por el consumo a la baja, si pero, también, por el comportamiento euro / dólar y por la inestabilidad financiera, pero el consumo de todo lo demás ... pienso que descenderá a los infiernos.

¿El resultado de la mezcla de todo esto?, algo on-the-rocks, evidentemente.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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