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Mr. Donald Trump

Lunes, 06 de Febrero de 2017 Santiago Niño Becerra

Cada uno en su casa actúa según le apetece o conviene; ya: no tiene que producir ruidos ni generar olores que moleste a sus vecinos, y también debe atender las normas de la comunidad de vecinos si su vivienda se halla en una, pero cumpliendo con eso cada cual en su casa puede hacer lo que quiera. Es decir, si quiere hablar con alguien habla, y si no, no. En su vivienda deja entrar a quien quiere. Y compra lo que quiere donde quiere. Y se relaciona con quien quiere.

La Administración Trump ha adoptado una serie de procedimientos que, en sí mismos, no deben ser criticados: en su casa puede hacer lo que estime oportuno respecto a dejar entrar a ciudadanos de otros países o a adquirir bienes y servicios de otras latitudes. Y en su casa, si quiere, puede tapiar puertas y ventanas. Se le está criticando por hacer eso pero puede hacerlo porque es su casa. Cierto, USA hoy es miembro de la comunidad internacional y debe respetar sus normas y, a diferencia de lo que sucede en una vivienda, puede abandonar dicha comunidad internacional cuando quiera. Lo que no puede hacer en su casa es producir ruidos ni generar olores que moleste a sus vecinos.

Claro que lo que la Administración Trump debería considerar, pienso, es que los demás pueden hacer también en su casa lo que estimen oportuno, y pueden comprar a quien estimen oportuno, y aceptar las divisas emitidas por quienes estimen oportuno, y dejar entrar a quienes estimen oportuno. Y cuando digo ‘los demás’ quiero decir los demás países del planeta.

En el siglo XVIII, y sobre todo si se tenía un imperio colonial aunque fuese reducido, uno se cerraba en su casa y se aislaba del exterior, y que los demás dijesen lo que quisieran (antes era más complicado porque podían invadirte, pero tras la Paz de Westfalia eso ya se tuvo más en cuenta). Pero hoy cuando todo está relacionado con todo y todos necesitamos estar en relación con todos, el aislamiento simplemente es absurdo, un sin sentido, vaya.

Se ha dicho que el Presidente Trump es una persona desequilibrada, yo no lo creo: una persona desequilibrada no tiene presencia en más de 500 empresas, y a una persona desequilibrada el Poder económico ni siquiera le hubiese permitido ser candidato en unas elecciones presidenciales, y menos en USA. Es obvio que esta imagen de persona desequilibrada es parte de una estrategia. ¿Cuál?. Ni idea.

Pero hay algo que está diáfanamente claro: de seguir por esta línea USA se dirige hacia un aislacionismo de manual y va a provocar reacciones similares en otras zonas y de otros países. El aislacionismo, a pesar de lo que pueda parecer, nunca es ofensivo, sino defensivo, por lo que, pienso, si la Administración Trump continúa por este camino es porque espera problemas muy gordos a nivel mundial y ha decidido meterse en su casa y cerrar puertas y ventanas, y a los demás que les den dos duros. Es decir, si una economía que genera el 25% del PIB del mundo hoy se aísla, es porque espera algo parecido a una hecatombe.

Claro que hay otra posibilidad: que Mr. Donald Trump sea el poli malo de la peli que ahora se está rodando, pero si eso es así, ¿quién será el poli bueno?

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