Pero la OCDE descarta una nueva recesión a nivel mundial por la resistencia de los países desarrollados, la relativa estabilidad en los mercados financieros, el final del ajuste de inventarios y la favorable posición financiera de las empresas.
Sigo pensando que los mercados son juez y parte en la valoración del escenario macro actual. Su relativa resistencia y caída en las volatilidades cotizadas ha coincidido con un importante descenso de liquidez. ¿Se puede llegar a la conclusión de que ha alcanzado el objetivo de su estabilización? Me temo que la complacencia en este caso es muy arriesgada. Y parecen opinarlo los bancos centrales. El ECB aplazando hasta enero el calendario de retirada de las medidas expansivas de tipo cuantitativo. En el caso de la Fed, reiterando que se tomarán todas las medidas precisas adicionales si son requeridas. Algo similar en el caso del BOJ, aunque la presión del MOF para adelantarlas es como mínimo algo exasperante.
¿Y los gobiernos? Poco a poco vamos conociendo la nueva estrategia de la Casa Blanca para relanzar el crecimiento. Entre 275/300 bn.$ delimitados entre inversión pública (50 bn.), deducción por inversiones privadas (200 bn.), ayudas a las familias y empresas. Esto último sin concretar por el momento. En definitiva, creación de empleo, aumento del PIB potencial, consumo privado y mayor facilidad del crédito a las pequeñas empresas. Por lo que respecta al MOF, aprueba un nuevo paquete fiscal por 11 bn.$. (0.2 % del PIB). Cumplen a rajatabla la recomendación del FMI. O al menos, utilizan la flexibilidad que les otorga en el corto plazo. ¿Y los gobiernos europeos?.
Muchos inversores cuestionan los esfuerzos en Europa para reconducir los déficit públicos frente a una actitud más moderada desde el resto de los gobiernos del G7. Bien, es una cuestión de supervivencia de la zona EUR. Hasta el momento, no preparada para un escenario de escaso crecimiento y descoordinación fiscal. La relativa fortaleza de la economía alemana puede resultar engañosa a la hora de asumir el impacto negativo en el crecimiento derivado del ajuste fiscal. Sin duda, los gobiernos europeos están obligados a no bajar la guardia frente a la reconducción del déficit. Aunque los mercados descartan el escenario de default en el área o la ruptura de la EMU, las primas de riesgo que se piden a la deuda periférica son enormes. Un claro reto para el futuro, especialmente en un escenario de progresiva subida de los tipos de interés en los mercados internacionales a medio plazo.
José Luis Martínez Campuzano Estratega de Citi en España