“La producción de alimentos frescos se aleja más hacia las zonas rurales y el costo del transporte, el embalaje y la refrigeración, las malas condiciones de las carreteras rurales y las fuertes pérdidas durante el tránsito se suman a la escasez y el costo de la fruta y las hortalizas en los mercados urbanos”, explica la FAO.
Por ello, la FAO amplia el habitual concepto de “ciudades verdes” al explicar que nuevas “oportunidades y esperanzas” para las áreas urbanas puede ser la “horticultura”.
“No es una novedad la producción de cultivos en y alrededor de las ciudades. La ciudadela inca de Machu Picchu, en el Perú, tenía una zona residencial y otra de terrazas intensamente cultivadas”, aseguran.
“La horticultura urbana ofrece una salida de la pobreza”, indica Pandey, Shivaji Pandey, Director de Departamento de Producción Vegetal de la FAO, quien añade que las huertas en las ciudades “tienen los costos iniciales bajos, los ciclos cortos de producción y el alto rendimiento por unidad de tiempo, tierra y agua”.
Además, agrega la FAO, “la producción de fruta y hortalizas, las fuentes naturales más ricas de micronutrientes, en las ciudades y sus alrededores aumenta el suministro de productos frescos y nutritivos y mejora el acceso económico de las personas pobres de las ciudades a los alimentos”.
Para ello, este organismo pide que los Gobierno den incentivos para los “horticultores urbanos” y destaca cómo ya se han realizado programas para establecer cientos de huertos escolares, “un medio comprobado de promover la nutrición de los niños, en más de 30 países”.
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