No hay duda que a todos sorprendió la decisión de Luis Portillo de erigirse como uno de los principales accionistas de BBVA. Se habla que podríÑ‚Âa alcanzar entre el 2 y el 3% de la entidad financiera, algo que parece difíÑ‚Âcil de confirmar, ya que cada uno por ciento de BBVA supone un desembolso cercano a los 650 millones de euros. Más aún, cuando Portillo reconocíÑ‚Âa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que buscaba financiación para incrementar su peso en el banco presidido por Francisco González.
No hay duda que al presidente del BBVA no le amarga un dulce y ante los innumerables rumores sobre una operación corporativa en torno a la entidad, no esta de más que se empiece a formar un “núcleo duro amigo” que permita a la actual dirección del banco defenderse ante una hipotética oferta hostil.
Unos temores que seguro ayer se dispararon tras el informe del gigante alemán Deutsche Bank. Con un gracioso tíÑ‚Âtulo -Un plato de paella repleto de sabrosos ingredientes-, la entidad alemana aseguraba que BBVA puede ser dividido y vendida por partes por un valor superior al que tiene en solitario, al estilo de ABN.
El respaldo que ayer ofrecíÑ‚Âa el propio Luis Portillo, al equipo gestor de BBVA, asíÑ‚Â como sus buenas relaciones con la dirección del banco, no será suficiente para defender la independencia del banco. No seríÑ‚Âa de extrañar que empezáramos a ver como un díÑ‚Âa si, y otro también, se suman nuevos accionistas al banco de Francisco González para formar un “nucleo “duro” con la suficientes garantíÑ‚Âas que permitan seguir con sus planes. O, la otra opción, lanzarse a la búsqueda de nuevos activos que hagan difíÑ‚Âcil su compra. Será divertido ver la evolución futura del banco. Y sin duda, la evolución al alza que pueden empezar a tomar las acciones de BBVA.
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