La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

¡Un corazón temeroso nunca conquistará el mercado!

Miercoles, 22 de Febrero de 2017 Carlos Montero

Ayer publicábamos un artículo en estas páginas sobre la reflexión que ha realizado Nicolás López de MG Valores y el escenario estratégico que plantea para los mercados financieros. Hoy vamos a completar ese artículo con el análisis que realiza López sobre las correcciones financieras y como actuar en ellas. Veamos:

No es fácil manejarse en un mercado alcista, en primer lugar porque uno nunca está seguro del todo de que estemos en uno. La retórica que ha dominado en los últimos años es un claro ejemplo de cómo aún frente a la evidencia de unas bolsas al alza (al menos en EEUU) el escepticismo sobre la sostenibilidad de las subidas ha sido la tónica dominante. En una primera fase porque inicialmente las subidas coinciden con un entorno económico todavía incierto por la reciente crisis. En el ciclo actual esto ha sido especialmente notorio por un crecimiento relativamente débil y una percepción bastante generalizada de que la bolsa subía fundamentalmente por los apoyos de los bancos centrales. 

El caso es que el QE acabó en 2014 y la bolsa siguió subiendo. En 2015/16 llegó la crisis de materias primas / emergentes. De nueva mucho pesimismo y una fase de corrección que en EEUU se tradujo en una consolidación lateral prolongada pero de poco más del 10% de retroceso. A mediados de 2016 los índices norteamericanos marcan nuevos máximos, la economía mejora y la Reserva Federal confirma un escenario de subidas de tipos para los próximos años. El cambio de signo de la política monetaria no sólo no hace pinchar al mercado sino que la subida se acelera en las últimas semanas. Si, parece que hay que asumir que estamos en un mercado alcista pero, ¡ojo que en cualquier momento va a haber una corrección porque “ la bolsa está cara y ha subido ya mucho”. Como por arte de magia hemos pasado de temer que la Bolsa fuese a caer por temor a un deterioro de la economía o a las subidas de tipos a temer que va a caer porque, aunque todo parece que va bien ya ha subido demasiado. El caso es que siempre hay miedo a que la bolsa caiga y, entre tanto, algunos deben de estar perdiéndose un ciclo alcista que lleva ya 8 años de desarrollo.

 ¿Pero no es cierto que la bolsa corrige de vez en cuando, y a veces con bastante intensidad? Pues efectivamente así es. Si no fuera así no se podrían obtener las rentabilidades que se obtienen en determinados períodos. Pero no es lo mismo afrontar una corrección teniendo una confianza razonable de que estamos dentro de un mercado alcista, que temer que podemos estar ante un nuevo colapso cada vez que el mercado retrocede un poco. ¡Así no se puede invertir!

La situación actual es que hemos salido recientemente de una fase correctiva importante dentro del mercado alcista. Desde los máximos de principios de 2015 la bolsa americana ha empleado un año y medio en desarrollar una consolidación hasta superarlos definitivamente en el mes de agosto pasado. Si incluimos el pullback que le llevó a tantear de nuevo esos niveles en el mes de noviembre han sido casi dos años en que el S&P 500 se ha mantenido por debajo con un avance neto cero hasta que en las últimas semanas ha roto definitivamente al alza. Es decir, estamos iniciando un nuevo tramo alcista después de dos años de parada técnica por lo que lo razonable es esperar que este tramo (con sus correcciones de corto plazo) se prolongue al menos 1-2 años más. Correcciones de corto plazo (semanas, unos pocos meses … ) habrá en el camino y es lícito que inversores más activos traten de evitarlas en cierto modo, pero sin perder de vista el escenario de largo plazo que es eminentemente alcista.

Las correcciones más importantes dentro de un mercado alcista no son fácil de detectar porque en general son de carácter puramente técnico. El crash de 1987 fue un caso típico en este sentido. En mitad de un ciclo de crecimiento y sin ningún síntoma de deterioro económico la bolsa se desplomó súbitamente perdiendo un 40% en pocas semanas, la mayor parte en pocos días. Si vemos el gráfico de esos años podemos entender claramente la causa de ese desplome que no es otra que la espectacular subida que lo precedió: un 130% en dos años, un 65% en un año. El Dow Jones cayó apenas a niveles en los que estaba un año antes, pero en precio estaban muy alejados por la verticalidad de la subida anterior. El paralelismo que puede tener la situación de 1986/87 es que al igual que entonces los tipos de interés han empezado a subir y las rentabilidades de los bonos también. Durante 1987 la fortísima subida de la Bolsa fue en paralelo a un intenso repunte de la rentabilidad de los bonos desde el 7% hasta el 10%. De alguna forma la subida de la Bolsa pudo verse magnificada por un intenso flujo de fondos que salían de los bonos (su precio estaba cayendo) y entraba en la Bolsa. En este sentido, si en los próximos meses prosiguiera una subida intensa de la bolsa y un repunte intenso de las rentabilidades de los bonos habría sin duda que preocuparse, pero ahora mismo estamos muy lejos de replicar la situación de 1987.

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