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Una mesa de tras patas

Lunes, 28 de Agosto de 2017 Santiago Niño Becerra

Una mesa de tres patas: aquí están dos de las patas La tercera es un ingreso anual medio por cotizante a la baja debido a que los salarios medios tienden a menos como consecuencia de la precariedad laboral (contratos temporales y a tiempo parcial) y a una demanda de trabajo insuficiente tanto en cantidad como en calidad para la oferta de trabajo existente (desempleo y subempleo estructural).

La estabilidad de esa mesa, del sistema de pensiones de jubilación que conocemos, es imposible; y pagar con presupuestos generales ciertas pensiones como orfandad y viudedad, o inyectar en la Seguridad Social fondos procedentes de presupuestos generales tan sólo será posible si a) se eliminan ciertos gastos y sus dotaciones se destinan a pensiones, b) se produce un incremento de la presión fiscal, y/o c) se persigue el fraude fiscal hasta sus últimas consecuencias.

Una mesa de tres patas tiene la característica de que nunca cojea, pero se cae cuando alguna o algunas de sus patas se acorta más allá de lo físicamente admisible. Pienso que ese es el caso del sistema de pensiones, de España, claro, aunque no sólo.

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