La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

VALORACIONES, PRECIOS OBJETIVO…¿PERO NO HABÍAMOS CONVENIDO EN QUE ESTO SE HABÍA ACABADO?

Martes, 05 de Mayo de 2009 Moisés Romero

ilustracionLos pocos bancos de inversión que aún se mantienen en pie, en particular, y los analistas, de uno u otro grupo, en general, viven horas bajas, con tendencia a peor. En los últimos meses unos pocos se han rebelado públicamente contra estos creadores de tendencia, síт­, creadores de tendencia, porque, con frecuencia, las firmas que representan, las que les pagan la nómina, comercializan y gestionan fondos, que luego siguen las recomendaciones de éstos. La mayoríт­a de los actores en los mercados, no obstante, se ha rebelado contra estas prácticas en los foros, en los cenáculos, en las charlas de café. Se ha creado, en cualquier caso, el caldo de cultivo ideal para que la industria de las recomendaciones entre en otra víт­a, si es que no llega a desaparecer en lo que es su concepto actual. Valoraciones, inicios de coberturas, precios objetivo, recomendaciones, comprar, vender, sobreponderar...son términos que usan los bancos de inversión y otros intermediarios financieros para enseñar las vergу¼enzas del prójimo cuando no han sido capaces de descubrir las suyas propias. Hay una contestación en ciernes contra los analistas de bancos de inversión que han quebrado o han sido engullidos para no quebrar, que siguen azuzando al resto ¿Pero no habíamos quedado que esto ya había terminado en lo que es el Nuevo Orden Económico y Financiero Mundial tras las conclusiones del G-20? Pues no, todo sigue igual o peor que antes de la Gran Crisis en este capítulo concreto?

El fenómeno trae cola. Un ejemplo en esta línea. Hace un año, la CNMV advirtió a las tasadoras a este respecto y, el pasado julio, publicó una serie de recomendaciones sobre la políт­tica de valoración del sector inmobiliario. Ahora, recomienda una ampliación de estas recomendaciones y un mayor control para los tasadores, algo que deberíт­a trascender las fronteras nacionales. En el mismo saco, las agencias de ráting han vuelto a saltar a la palestra como protagonistas de la crisis financiera. Tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), como el Banco de España, como el G-20 o el Fondo Monetario Internacional han criticado, sin ambages, los métodos empleados por las firmas de ráting. Los supervisores de los mercados financieros han ido más allá, al abogar por un aumento de control de la actividad no sólo de estas agencias, sino también de las tasadoras de los activos inmobiliarios.

En este encuadre, el recién nombrado vicepresidente de la CNMV, Fernando Restoy, afirmó hace unos meses que “no resultaríт­a ocioso abrir una reflexión internacional acerca del marco de autorregulación que existe en la actualidad para la profesión de valorador de activos, tanto inmobiliarios, como financieros, y, al igual que se está planteando sobre las agencias de ráting, considerar una ampliación de los requisitos normativos, asíт­ como el establecimiento de mayores controles sobre su actividad”. Afirmó que, aunque las inmobiliarias acuden a expertos independientes, “dicho asesoramiento no exime de responsabilidad a los administradores de estas compañíт­as”. Añadió que “por ese motivo, tantos las empresas, como los auditores, deben vigilar la idoneidad especíт­fica de las técnicas de valoración empleadas por el experto” y ser especialmente “cuidadosos con el desarrollo de procedimientos internos de selección de las compañíт­as contratadas”.

Otro asunto interesante. Restoy se mostró contundente en relación a la opinión del regulador sobre el valor razonable o fair value, que ha sido duramente debatido durante las últimas semanas en los organismos internacionales emisores de las normas contables, y afirmó que las reformas radicales de los principios de valoración de activos podríт­an suponer “una reducción notoria de la transparencia”. Se mostró “a favor del criterio razonable, ya que mejora claramente la calidad de la información y la realidad económica”.

Y es que los estándares contables han estado en el punto de mira como uno de los motivos que podríт­an explicar parte de la actual situación que atraviesa el mercado de capitales. Sin embargo, según Fernando Restoy, “la regla no pasa por modificaciones de las normas contables, salvo en casos muy urgentes”. En relación con la modificación de estos estándares, el vicepresidente de la CNMV ha dicho que “no me parece adecuado apoyar iniciativas unilaterales en la Unión Europea que supongan un distanciamiento de las normas internacionales”, ya que, este tipo de actitud conllevaríт­a un costoso retroceso e, incluso, podríт­a suponer cierto descrédito de las empresas europeas en los mercados internacionales.

Desde el Banco de España síт­ apuestan por algunas modificaciones (no en materia contable), como las relativas al tratamiento del valor de los activos realizadas por las agencias de ráting, asíт­ como la reducción de la complejidad de los instrumentos financieros y un cambio en el actual modelo financiero sustentado en originar para distribuir para “que las próximas crisis sean diferentes y de menor intensidad a la actual”. Roldán, del Banco de España, dijo hace unos meses que el conflicto de intereses en las agencias de ráting, que comenzaron a ver “cómo aumentaban sus ingresos por otros servicios diferentes a los tradicionales, les llevó a calificar con triple A instrumentos inestables”.

Por eso, consideraba que “un cambio de nomenclatura es elemental y evitaríт­a problemas futuros”. “Es más fácil vender un triple A que, por ejemplo, un triple Z”, dijo Roldán,  pero no exonera a quienes teníт­an los elementos de información que indicaban el elemento caracteríт­stico del riesgo, como la elevada rentabilidad.

¿En EEUU? Ya lo saben: permisividad al máximo en la contabilidad y en las recomendaciones. Todo vale para que las Bolsas sigan subiendo, aunque sean con cuentas hechas de abajo a arriba ¿El futuro? Ya se verá.

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