La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

10 cosas que los inversores creen que pueden hacer…Pero no

Carlos Montero - Jueves, 18 de Agosto

A menudo se dice que una medida útil de la felicidad es la brecha entre la realidad y las expectativas. Se puede adoptar un enfoque similar para identificar malas decisiones de inversión. Tienden a ocurrir cuando nuestras expectativas de lo que somos capaces de hacer superan la realidad. Esta mala calibración nos lleva a actividades y comportamientos que realmente deberíamos evitar. Estos son algunos de los ejemplos más significativos de lo que creemos que podemos hacer, pero probablemente no podamos:

1. Momento de mercado: Quizás el ejemplo más grave de que los inversores sobrestiman la habilidad en predecir el momento de mercado. Esto no es solo predecir lo que sucederá, sino cuándo ocurrirá. La segunda parte de esta ecuación es aún más difícil que la primera. Pronosticar con precisión el comportamiento de un sistema complejo, adaptativo y caótico simplemente no es factible.

2. Comprender verdaderamente los fondos complejos: los fondos complejos son atractivos porque vienen con promesas extravagantes de altos rendimientos y bajos riesgos diferenciados. También infringen una regla cardinal de la inversión: no invertir en cosas que no entendemos.

3. Predecir la inflación (u otra variable macro): nuestra incapacidad para pronosticar con precisión las variables macroeconómicas parece no tener impacto en nuestra disposición a seguir haciéndolo.

4. Elegir fondos que tengan un rendimiento superior constante: el mito más grande en la inversión de fondos es que cualquier administrador o estrategia puede vencer al mercado de manera constante. Incluso un administrador de fondos hábil tendrá un rendimiento inferior durante períodos prolongados. Cuando no nos damos cuenta de esto, quedamos atrapados en un ciclo doloroso de vender fondos perdedores y comprar los ganadores de ayer.

5. Soportar un rendimiento deficiente: los periodos de rendimiento débil son inevitables para cualquier estrategia, fondo o clase de activo. Estos son fáciles de tratar en teoría, pero la experiencia vivida es una proposición completamente diferente. El estrés, la ansiedad y las dudas que surgen durante los períodos difíciles nos llevarán a tomar malas decisiones en el momento equivocado.

6. Ignorar una historia convincente: cada mala inversión viene con una historia seductora. Pensamos que son otras personas las que serán engañadas, pero, un día, seremos nosotros.

7. Ser un inversionista a largo plazo: las grandes recompensas disponibles por invertir a largo plazo solo existen porque es muy difícil de hacer. Hacer muy poco parece la tarea más fácil del mundo, pero la tentación de actuar suele ser abrumadora. Cada día trae una nueva historia, una nueva duda, una nueva oportunidad. Una nueva razón para ser inversor a corto plazo.

8. Evitar los extremos peligrosos: la mayor parte de lo que vemos en los mercados financieros es solo ruido, pero los extremos importan. Cuando el rendimiento, el sentimiento y las valoraciones están en los extremos (ya sea positivo o negativo), los inversores tienen la oportunidad de tomar el otro lado; desafortunadamente, la presión para unirse a la multitud probablemente resulte irresistible.

9. Supere las terribles probabilidades: los inversores suelen tomar decisiones en las que las probabilidades de éxito son increíblemente bajas. Creemos que seremos la persona que realmente gane dinero con un fondo temático o invierta en un administrador de fondos estrella que siga produciendo rendimientos astronómicos. Simplemente no podemos evitar ignorar las tarifas base.

10. Encuentrar la inversión "del siglo": Aunque los inversores son conscientes de los beneficios de la diversificación, es un poco aburrido y una admisión de nuestras propias limitaciones. Preferiríamos encontrar la inversión 'del siglo' que transformará nuestra fortuna financiera, ya sea una acción, un tema, un fondo o una 'moneda'. Tal ambición no suele terminar bien. 

A lo largo de mi carrera, he escuchado a personas decir que el ego y un nivel de arrogancia son un requisito previo para un inversor exitoso porque existe el requisito de 'destacar entre la multitud'. Esto no tiene sentido. Estos son rasgos peligrosos, no beneficiosos. Mucho más valioso es ser humilde ante los desafíos de los mercados financieros y ser consciente de nuestro círculo de competencia. Tenemos que evitar ser nuestro peor enemigo.




[Volver]