La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Un vistazo al pasado para predecir qué le depara a la economía en el futuro

Marc Ribes, Director de inversiones, Activotrade - Martes, 21 de Junio Muchos son los que se preguntan cuál será el rumbo de la economía a nivel mundial, no sólo para los próximos meses sino también para los próximos años. Pero para saberlo, es de vital importancia conocer de dónde venimos con el fin de deducir el camino que nos depara. Pretendemos dar las pistas de hacia dónde se dirige la economía real. Ciclo económico Para entender lo que está aconteciendo en la economía es necesario eludir de forma inevitable al ciclo económico. Vivimos en una sociedad capitalista, lo que significa que el capital son los cimientos del sistema y del que depende el ciclo económico. Gracias a la historia, se puede saber que la economía es cíclica y está compuesta en 4 fases (auge, desaceleración o recesión, depresión y recuperación). El estudio del ciclo económico tuvo todo su esplendor en los años 30 del siglo XX a consecuencia de la Gran Depresión. La complacencia humana llegó a descubrir que las recesiones se podían eliminar gracias a las mejoras económicas. No obstante, no fue hasta la década de los 70 cuando se reactivó el estudio del ciclo económico. Existen distintas creencias que respaldan las actuaciones de los gobiernos frente a las crisis. Las doctrinas Keynesianas, que sugieren que el gobierno debe de actuar sustituyendo la demanda privada, o las teorías más liberales, que indican que la libertad económica deben ocurrir tal y será el sistema el que corrija sus errores. En el ciclo económico se da una relación entre el crecimiento económico, el crédito y los errores de inversión que se dan en fases alcistas del ciclo. Dependiendo del nivel de la especulación, se produce una burbuja con su explosión posterior y destruyendo el valor ficticio y real que se origina en el movimiento expansivo precedente. La expansión de la economía de forma saludable, deberá apoyarse en el ciclo económico precedente por el ahorro. El ahorro se integra dentro del esfuerzo así como del trabajo, dos valores unidos al ciclo económico. Por su parte, la ausencia de sacrificio, apoyada por el crédito masivo tiende a encaminar la economía hacía la especulación, en busca de la sobrevaloración en las cotizaciones de los activos, normalmente distorsionados ante los bajos tipos de interés y un excesivo capital en circulación en el mercado. Este exceso de liquidez genera una sobreutilización de capacidad de los bienes de capital, lo que produce una acomodación natural de los tipos de interés a un nivel no artificial, muy superior al establecido por los bancos centrales. Las medidas protectoras de los organismos centrales están orientadas para sustituir la ausencia de crédito que genera el estallido de una burbuja financiera a su vez, provocada por la inyección de capital anteriormente realizada por los gobiernos. Estas continuas inyecciones de capital crean un crecimiento falso que suele corregir con fuertes recesiones, frenando el crédito barato y provocando que las TIR de las inversiones dejen de rentabilizar. Todo ello, provoca la quiebra de algunos agentes económicos y el sistema se corrige de les decisiones erróneas de inversión. En el pasado Habría que remontarse hasta finales de los 70 para entender que está aconteciendo en nuestro sistema actual. En época de Richard Nixon se decidió liquidar el patrón oro (intervención del estado), el dinero entraba en la fase de barra libre. Ahora el estado tenía la capacidad ilimitada de imprimir dinero. Por aquél entonces el oro terminó de ser un activo monetario perse, y comenzó a cotizar como un medidor de la inflación. Aunque aún se considera un activo monetario, no hay duda de que desde entonces, el patrón oro dejó de ser el motor de la liquidez a nivel global. Este gran error ha caminado de la mano de dos presidentes de la Reserva Federal, como Alan Greenspan y Ben Bernanke. Ya en el año 1987, otro gran crack bursátil así como el consiguiente pánico de revivir una nueva gran depresión, generó inyecciones de capital de Alan Greenspan para proteger el sistema. El miedo al colapso se ha instalado en la sociedad como algo doctrinal. La solución a la crisis no pasa por dejar que el mercado tenga el poder de corregir las inversiones equivocadas provocadas en mejoras económicas. Ahora el estado inyecta liquidez de nuevo para salvar el sistema. Esta acción de corto plazo llega a nuestro momento aislando parte del esfuerzo y el sacrificio así como dejando de lado la humildad de reconocer los errores. Pinchar sobre el gráfico para ampliarBernanke Con este marco, el mercado comienza una expansión económica y crediticia que encamina a los mercados a dos hitos de gran relevancia que marcarán el cambio cultural y las posteriores consecuencias en la crisis iniciada en 2008. En primer lugar contamos con el rescate del fondo Long Term Capital Management. El famoso fondo de inversión, gestionado con el equipo de mayor talento que jamás se ha conocido quebró, como consecuencia únicamente del apalancamiento financiero. Una decisión mañ tomada, unido al abuso del capital especulativo terminó con la quiebra del fondo. En aquel momento el estado, lejos de dejar que el propio sistema fuera el que corrigiera la decisión errónea de inversión, inyectó liquidez salvando al fondo y dejando que el mundo pudiera seguir creciendo de una forma frágil y meramente artificial, degenerando en la posterior burbuja de las .com. Otro hito que marcó el devenir del siglo XXI son las entidades semipúblicas hipotecarias, Fannie Mae y Fredie Mac. Gracias al intervencionismo estatal y a la mano salvadora de la FED, los bancos entraron en una espiral perniciosa, basaron el auge económico en una generación ilimitada de crédito. Los errores del pasado provocaron la crisis financiera más fuerte que se recuerda. La creación de productos derivados y la colocación de deuda como producto de inversión, provocó que el crédito circulara hacia economía especulativa. Los fondos de inversión compraban la deuda a las entidades financieras, de esta forma, las entidades financieras lograban convertir el activo en pasivo en sus balances. La codicia provocó que Fredie Mac y Fannie Mae se convirtieran en empresas colocadoras de hipotecas. Este comportamiento poco racional terminó con la aniquilación de los bancos de inversión, siendo lo más destacable la desaparición de tres de los denominados big five de Wall Street: Lehman Brothers quebró, Bear Stearns regalado a JP Morgan y Merrill Lynch absorbidos por Bank of America. Goldman Sachs y Morgan Stanley, lograron sobrevivir. La aniquilación masiva de valor provocó una crisis financiera severa de consecuencias inimaginables. El mercado de crédito se colapsó y el crédito dejó de existir. El sistema sufrió un colapso no visto desde la década de los 30 del siglo XX. El credit crunch, provocó la ejecución masiva de créditos generando un colapso en la cotización de los activos y la exigencia de colaterales llevó a los mercados a una espiral de ventas y miedo. Contexto actual Gracias a la degeneración que ha sufrido el crédito desde antaño, el sistema se ha encaminado hacia un modelo erróneo de crecimiento. El sistema no ha sabido reconocer sus ineficiencias y ha continuado con un crecimiento económico basado en el crédito artificial y no en el ahorro y el trabajo. Probablemente Alemania ha sido la única economía que ha sabido alejarse de la economía especulativa y ha logrado el mejor escenario económico de los últimos 20 años, gracias al ahorro y la inversión en la economía. La economía seca de liquidez, derivó hacia el intervencionismo más Keynesiano. En esta ocasión, las pérdidas provocadas por las malas decisiones de inversión dominantes en el ciclo alcista precedente, fueron corregidas. Sin embargo, la corrección en forma de pérdidas y quiebras recayó en gran medida sobre el contribuyente, nacionalizando los bancos. Con ello se consiguió la nacionalización de los bancos y el famoso QE1. Las primeras políticas cuantitativas consiguieron salvar el sistema. Los bancos aprovecharon los fondos públicos para recapitalizarse. La caja de las entidades se llenó de billetes verdes. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, pudo poner en marcha sus ambiciones: inundar los mercados de liquidez. El objetivo del QE1 era provocar que el crédito llegara al sistema productivo y recuperando la tasa de paro, con una economía poco sólida, nuevamente sin basarse en ahorro e inversión. Lejos de llegar al consumidor, el crédito llegó al capital de los bancos. Los bancos, lograron grandes beneficios, tomando prestado dinero público al 0% e invirtiéndolo en deuda pública al 1,50%, mientras la opinión pública era sometida a la refundación del sistema capitalista de Sarkozy. Después de conseguir abultados beneficios públicos, las entidades lograron privatizar nuevamente su capital social, mientras la tasa de paro seguía en aumento, a la vez que lo hacían los déficits de los estados. Tras el fracaso del QE1, Bernanke no escatimó en gastos e implementó el QE2 que consistía en 600 billones de dólares más y 2 puntos clave. Una vez recuperado el precio de los activos bursátiles, su intención era recuperar el mercado de la vivienda para crear el efecto riqueza necesario, con el objetivo de que el consumidor estadounidense decida dejar de ahorrar y volver a pedir créditos para el consumo. Esta decisión no deja de ser coherente. Más consumo es sinónimo de más inversión por parte de las empresas y más puestos de trabajo. Mejorar la tasa de paro y recuperar el mercado inmobiliario es la obsesión de Bernanke. Sin embargo, estas actuaciones tienen graves consecuencias. Como hemos visto el abuso de crédito en la época de auge genera burbujas en los precios de los activos, con su posterior estallido y pérdida de valor. En Europa, las medidas han sido muy diferentes. La obligación del BCE es controlar la inflación, lo que difiere del mandato de la Reserva Federal que tiene como tarea vigilar la inflación y el crecimiento. Por este motivo es difícil pensar que el BCE inunde de liquidez los mercados. Influido por Alemania, Trichet no ha sido tan drástico como Bernanke. En Europa las medidas han sido más de largo plazo y tienen como objetivo reformas estructurales de los periféricos. Reducir el déficit y la deuda la tarea de los estados miembro. Para conseguirlo se verá sufrimiento de los contribuyentes, privatizaciones y una senda llena de peligros pero que fortalecerán a largo plazo a Europa. Sin embargo, no todo son buenas noticias. Una vez más las medidas intervencionistas provocaron errores. A corto plazo el riesgo de default es evidente. Los CDS de la deuda de Grecia cotizan en máximos históricos y las agencias de rating, han reducido su nota a CCC, un escalón por encima de Selective Default. Grecia está técnicamente quebrada, digan lo que digan y hagan lo que hagan, en parte por una mala gestión de sus gobernantes y en parte por una mala decisión del BCE y del FMI. Los efectos correctivos de la propia economía nos indican que Grecia debería corregir sus decisiones erróneas de inversión quebrando. La quiebra de Grecia debería de afectar a su vez a los tenedores de deuda Griega. Eso provocaría una reacción sistémica, que a su vez podría provocar la quiebra de otros países como Irlanda, Portugal y en menor medida España. Estas medidas correctivas como decíamos, sirven de lección para los inversores que han tomado decisiones erróneas y sientan las bases para el futuro desarrollo, del ciclo económico alcista. Una economía basada en el esfuerzo y el sacrificio, es sólida y mejora sin abusar del crédito. Alemania es ejemplo de ello, ahorro e inversión han convertido a los alemanes en una economía que lejos de lanzarse encima de la burbuja inmobiliaria, ha centrado sus esfuerzos en el trabajo, la inversión productiva, la innovación y el ahorro. Este es el camino europeo y no otro. A corto plazo, el sufrimiento evidente de Europa se muestra en las bolsas, con un evidente spread con la bolsa americana. Sin lugar a dudas el QE2, impulsó los mercados americanos a partir de noviembre de 2010 a niveles de máximos históricos; mientras que el mercado europeo ha permanecido en un soporífero mercado lateral de dos años. ¿Qué nos depara en el futuro? El futuro será difícil y la respuesta se verá en el mes de junio. Los mercados indican que los inversores toman ganancias en forma de corrección bursátil. Es probable que los mercados no logren batir sus resistencias mientras no se resuelva que hará la FED. Si Bernanke inyecta más liquidez en el mercado, las bolsas seguirán subiendo de forma totalmente adulterada, alimentando todavía más la burbuja financiera bursátil, con el consiguiente estallido y pérdida de valor. En Europa, se adivina una solución en Grecia, que pasa por alargar los plazos de vencimiento de la deuda, negociar un tipo de interés competitivo e implicar el sector privado en la refinanciación. Con esto se pretende aliviar a corto plazo los mercados, para que Grecia pueda seguir su programa de privatizaciones y reformas estructurales. En cuanto a los mercados financieros, se adivina un futuro incierto. Por un lado tenemos un escenario alcista, que pasa por un nuevo paquete de ayudas por parte de la FED y solución Griega. En este sentido, deberíamos de asistir a una subida manifiesta de los precios de los activos, como el mercado de renta variable -especialmente Europa- y materias primas, especialmente petróleo, oro y plata y continuación del desplome del billete verde en el mercado de divisas. El escenario bajista, pasaría por una FED que decide no inyectar más liquidez en los mercados y unos indicadores adelantados que muestren que la desaceleración vigente, apunta nuevamente a recesión. Todo ello junto con la quiebra de Grecia. Este hipotético escenario, implicaría el traslado de la crisis soberana a los EEUU, con el consiguiente crash sistémico. El impago Griego provocaría la quiebra de los tenedores de deuda Griega, entre ellos bancos, países y el BCE. La quiebra de bancos, provocaría probablemente un credit crunch que secaría el mercado de crédito. Curiosa paradoja, un mercado inundado de liquidez y su vez, un mercado de crédito seco. En EEUU los datos de déficit, tasa de paro y deuda, no son mucho mejores que los de por ejemplo, España. La diferencia entre una economía y otra, es que EEUU crece a buen ritmo- Eso sí, con una economía adulterada. Si la demanda privada no logra sostener la demanda pública y EEUU entrara en recesión, las agencias de rating se verían obligadas a rebajar la calidad crediticia de los EEUU y los CDS experimentarían una espiral alcista de consecuencias muy graves sociales, políticas y por supuesto, económicas. El escenario pasa por la finalización de las medidas cuantitativas de la FED y la solución a la crisis de Grecia. En este último caso los indicadores adelantados nos mostraran que la demanda privada consigue mantener el débil crecimiento de la economía y significaría el triunfo de Bernanke y el inicio de un panorama altamente inflacionario. Además, se podría dar el caso de que las subidas de tipos de Trichet, más la retirada del programa de estímulos de la FED, lograsen frenar la escalada de precios de la energía, a corto plazo. Eso implicaría tener unos mercados laterales y muy volátiles, a la espera de nuevos datos de crecimiento global, con la esperanza de que la inversión se recuperara y la tasa de paro se redujera, para poder ver al fin, la salida de la peor crisis financiera desde 1929. Descargar aquí la plataforma de Activotrade para operar ideas de trading. http://www.activotrade.com


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