La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

UN PAR DE GEMELOS EN EDAD DE CRECER

Moisés Romero - Miercoles, 13 de Abril
{mosimage}El deterioro de las expectativas enfrí­a los ánimos en Wall Street y por contagio, los del resto de los mercados del mundo. Las Bolsas europeas quieren mantener el tipo, sacar pecho e intentar mirar a otro lado, pero no siempre lo consiguen. Fallan las previsiones de resultados en numerosas empresas emblemáticas, aunque los analistas más frí­os sugieren que no hay que perder la calma, porque la base comparativa es falsa en promedios históricos. El petróleo se resiste a perder la cota de los 50 dólares y en última instancia los denominados déficits gemelos se hinchan cada vez más, hasta hacer más difí­cil el caminar normal de la economí­a estadounidense. Ayer el déficit comercial volvió a fallar y a decepcionar a los mercados.
La entrada de la primavera ha traí­do cambios súbitos del tiempo, en pura terminologí­a metereológica, así­ como decepciones en lo económico. Los grandes gestores contemplan apesadumbrados cómo los desequilibrios históricos, lejos de corregirse se agravan, principalmente en Estados Unidos. Además, renacen las tensiones inflacionistas en las economí­as occidentales sin que se anime el crecimiento de la demanda y la maquinaria recupere toda su energí­a potencial. Hay temor, al mismo tiempo, a un estallido de la burbuja inmobiliaria y a los efectos colaterales por la exposición de las grandes instituciones financieras al fenómeno.

En términos de expectativas empresariales, que representan una de las grandes referencias del momento bursátil, empeoran los pronósticos a medida que crece el número de compañí­as que revisan sus estimaciones a la baja y lo que es peor, dibujan un panorama más sombrí­o para el conjunto del año. Aunque no se ha llegado aún al ratio histórico de 2,5 en la relación profits warnings/aumento de beneficios, el tiempo corre en contra del mismo.

Para colmar el vaso inmediato de las decepciones en los mercados llega de nuevo la lectura de los déficits gemelos, los que tanto asustan a Wall Street y al resto del mundo por sus implicaciones alcistas en materia de tipos de interés. Ayer se conoció el déficit comercial de febrero, el cual subió a 61.000 millones de dólares frente a los 59.000 millones que esperaba el mercado. La cifra supone una subida del 44,9% en tasa anual, frente al 34% de enero, aunque los más optimistas señalan que está por debajo del crecimiento del 54,7% registrado en noviembre del año pasado.

Hay coincidencia en dos hechos. Primero, que esta nueva cifra fomenta la especulación en contra del dólar. Segundo, que alimenta nuevas subidas de tipos de interés en Estados Unidos. Nunca ha sido buena para la Bolsa la combinación de un dólar débil en un contexto alcista de los tipos de interés. Además, las exportaciones crecieron un 8,9% en febrero, la cifra más baja desde el 7.2 % anual registrado en noviembre. Por el contrario, las importaciones experimentan un fuerte aumento del 20.16 % alcanzando un máximo desde agosto del año pasado.

Los más optimistas señalaban al término de las operaciones de ayer que lo normal es que los flujos de dinero se redistribuyeran y tendiesen a partir de ahora más a la zona euro en detrimento de la del dólar. Los estrategas afamados replican que tampoco hay argumentos sólidos en este área para que el dinero se vuelque apasionado.

POST DATA:

Por paí­ses el déficit estadounidense ha crecido un 13,9% frente a Europa, un 13,5% frente a Japón Y UN 67,5 % FRENTE A CHINA, QUE SUPONE YA UN 22,75 DEL TOTAL.


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Moisés Romero




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