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SI TRIUNFA EL NO EN FRANCIA

Moisés Romero - Lunes, 23 de Mayo
{mosimage}Un resultado negativo a la Constitución Europea en el referéndum que celebrará Francia el domingo próximo, el 29, podrí­a ser un serio problema polí­tico para la Unión Europea y un paso atrás en el proceso de integración económica. Ésta fue una de las primeras sentencias hechas por un famoso banco de inversión anglosajón hace más de un mes, justo cuando el "no" dominaba las encuestas. Los analistas del banco de negocios consideraban que un "no" francés a la Constitución podrí­a entenderse, además, como un rechazo a la polí­tica de convergencia fiscal en la Unión Europea. Las dudas sobre el proceso de convergencia provocarí­an también, una mayor diferenciación en el mercado entre los tí­tulos de deuda de los distintos paí­ses miembros de la UE. En fin, para echarse a temblar si bien los mercados aguardan de manera estoica esta premonición. Bien es cierto que apenas ha existido presión mediática en las últimas semanas y que lo normal es que en estos dí­as se agolpen las sentencias y augurios poniendo el corazón de los bolsistas en un puño.

Hemos buscado en la hemeroteca y hemos encontrado referencias muy vagas al impacto posible que la victoria del "no" tendrí­a en la economí­a de la zona euro y apenas hemos encontrado algo interesante. Hay mucha confusión y excesiva verborrea polí­tica, principalmente en lo que respecta a los procedimientos de aprobación y en las medidas decididas por los prohombres para pedir el voto a la ciudadaní­a. Los observadores cruzan los dedos y consideran que los referendos orquestados siempre tienden a conseguir lo que buscan, es decir, que lo normal es que gane el "sí­". Por eso, será de importancia extrema que la maquinaria de la propaganda del Estado francés se ponga a velocidad máxima para llevar el voto al lado deseado.

Alguien ha tratado de especular en algunos escritos de poco fuste sobre la posibilidad de que se produzca una victoria pí­rrica, es decir, que el "sí­" gane por los pelos. Esfuerzo vano, porque en esta cita con las urnas, como sucedió ya en el caso español, no se trata de medir el vigor ni el grosor del músculo de los votantes, ni el nivel de participación. Se trata de cubrir el expediente como mejor se pueda, sea cual sea la abstención. Es decir, que por este lado la influencia en los mercados globales europeos será nula.

Volviendo a mentar la bicha del "no" nos quedamos con una cita de Prodi, expresidente de la Comisión Europea, que ha considerado hace unas semanas que un "no" desde Francia llevarí­a a una parálisis como poco y que el riesgo afectarí­a a la posibilidad de una vuelta atrás del Proceso de unificación. Un miembro destacado de la Comisión Europea habló hace poco de catástrofe si Francia da la espalda. Hay más, la oposición alemana parece a punto de definirse en contra del Proyecto de Constitución, valorando que se deberí­an dar más contrapartidas a Alemania, pero el actual gobierno alemán tiene mayorí­a para que lo aprueben las Cámaras.

La exposición sucinta hace prever que la semana que estrenamos estará cargada de amenazas y plagada de adjetivos catastrofistas. La presión mediática subirá de tono, tanto por quienes se inclinan a favor del "sí­" como por quienes sostienen posturas contrarias. Ante esta hipótesis, lo normal es que la volatilidad vuelva a dominar el escenario operativo.

Por cierto ¿qué harán las Bolsas si triunfa el "no"? Los clásicos dicen que los mercados son soberanos y que siempre tienen la razón. Es decir, que hagan lo que hagan estará bien hecho. No hay vuelta de hoja, claro. Lo normal, empero, es que se imponga el sentimiento negativo y que sufran un correctivo, que los mejores expertos calculan en un 5%. Añaden que tras el bajón, alguién dirá que el mundo sigue y de nuevo se recompondrá la tendencia de fondo.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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