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LA PIRÁMIDE Y EL ENIGMA DE LOS BONOS

Moisés Romero - Miercoles, 25 de Mayo
{mosimage}En el concierto actual hay músicos que desafinan. Se trata de los especialistas en el mercado de bonos. Siguen empeñados en mirar hacia otro lado cuando las referencias económicas apoyan la tesis de que continuará el crecimiento durante los próximos meses y que incluso, áreas que ahora renquean superarán el bache pasado el verano. Los bonos no reaccionan y mantienen los precios muy cerca de los máximos históricos. Hay analistas que consideran que el comportamiento de estos activos está determinado ahora por la crisis de los bonos corporativos más que por los fundamentos económicos. Se trata, así­, de reconocer que la renta fija ha sufrido un duro revés en los últimos tiempos y que muchas entidades se han pillado las manos. Ahí­ puede estar el enigma, además del empeño de apostar por fases económicas recesivas en medio mundo durante los próximos meses.

General Motors, Ford y Fiat son exponentes claros del hundimiento de los bonos corporativos en el mundo al ofrecer en la actualidad precios propios de bonos basura, que es lo que son, claro. Quienes estudian a fondo estas cuestiones señalan que tras el terremoto provocado en su momento en el mercado de bonos por la descalificación de estas compañí­as, han seguido otros más que no han merecido, sin  embargo, el interés mediático. Ello no significa que el caso deba ser enterrado, sino más bien todo lo contrario, porque el sentimiento es que el fenómeno se trasladará más pronto que tarde a los mercados de acciones, con implicaciones bajistas.

Como sucedió en la construcción de las pirámides de Egipto, pese a la literatura generada alrededor de la misma, en la urdimbre financiera actual no participan ni influyen fuerzas ocultas, sobrenaturales. El ser humano es el único que actúa en los mercados ayudado por instrumentos mecánicos que dan rapidez a las operaciones. El hombre es el animal bursátil que más veces tropieza en la misma piedra. No ha sido capaz de aprender la lección de 2000, cuando surgieron los primeros escándalos contables en el mundo y compañí­as emblemáticas saltaron por los aires en cuestión de segundos.

Pocos años después, se repite la misma historia, pero con distintos protagonistas. Las ramificaciones de los bancos e instituciones financieras en el entramado actual de los mercados alcanza tal dimensión en la actualidad que resulta imposible aislar unos compartimentos de otros. Por eso, en situaciones de crisis, como la de las últimas semanas, relativa a los bonos corporativos, estas instituciones insuflan mayor especulación a los bonos estatales y engordan más la burbuja, cuando lo lógico serí­a lo contrario. Los expertos señalan que esto sucede porque la liquidez es muy abundante, el dinero se mueve a discreción y los intermediarios como rebaños.


Una vez resuelto parte del enigma de la pirámide de los bonos, la mayor parte de los analistas consideran que una nueva aceleración del crecimiento llevarí­a casi de forma automática a una nueva subida de tipos de interés en Estados Unidos, con repercusiones, cada vez más ní­tidas y peligrosas, en los mercados de bonos. Hace unos dí­as, King, de la Reserva Federal de Estados Unidos, consideró que la polí­tica monetaria debe anticiparse a las expectativas de inflación dado el elevado coste que supone mantenerse inactivo en este tipo de situaciones.

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Moisés Romero




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