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KAFKA Y PABLO EN WALL STREET

Moisés Romero - Viernes, 03 de Junio
{mosimage}En el templo del capitalismo mundial se representa desde hace unos dí­as la Metaformosis de Kafka. Diferentes procesos de transformación de un  ser humano acosado por sus creencias y visiones. Uno, a fuerza de haber visto la obra varias veces en otros tantos teatros, la entiende. O mejor dicho, cree que la entiende, que en eso consiste el reto de Kafka, en transformar los miedos del pensamiento en realidad, y al revés. Osea, que en numerosas ocasiones uno no sabe si lo que desarrollan los mercados se ajusta a la lógica o, si por el contrario, es puro espejismo. Por ejemplo, resulta ahora que la caí­da del euro anima la especulación en las Bolsas europeas y la subida del dólar atrae el dinero hacia Wall Street ¿Son los dos procesos antagónicos? Esta es la pregunta que nos plantea Pablo, un lector, hoy.
Pablo acaba de entrar en la Universidad. Con la mayorí­a de edad se sintió atraí­do por las cosas de la Bolsa y ya ha realizado sus primeros pinitos con éxito relativo, más bien escaso. El estudiante se afana, lee, busca, rebusca, escucha tertulias económicas en el coche que lo lleva a la Universidad y lee todas las publicaciones especializadas por Internet. Ayer nos envió una pregunta que contestamos desde aquí­:

                "Estimado director: He leí­do por Internet y escuchado en la radio que las Bolsas europeas subieron el miércoles por la caí­da del euro. Ese mismo dí­a subió Wall Street. No lo entiendo. Si una moneda débil anima a las Bolsas nominadas en esa divisa, la reacción deberí­a ser la contraria con una moneda fuerte. Osea, que algo falla ¿Qué opinan ustedes?"

                Apreciado lector: entendemos que ambas cosas son compatibles como expondremos a continuación. Antes, empero, recomendamos que vea el gráfico intradí­a de esa jornada y comprobará cómo el grueso de la subida, la mayor proyección al alza de los mercados europeos, se produjo en el periodo de coincidencia operativa de éstos con Wall Street. El miércoles la Bolsa de Nueva York abrió con clara aceleración alcista y contagió al resto del mundo.

                Para nosotros se trata, por tanto, de una subida auspiciada, como siempre por Wall Street  más que por los fundamentos económicos europeos. Respecto a la convivencia de las dos alzas con monedas en dirección contraria se trata de un fenómeno muy singular. Un euro débil y acosado anima al dinero a buscar refugio en las acciones, que son las que mejor se defienden desde siempre en estas circunstancias. Ahora bien, al mismo tiempo que parte del dinero se refugia en acciones otro, fruto de la oferta que hace caer a la moneda, corre al área del dólar, lo que empuja su cotización. Sucede que el dinero no se queda en las cajas de los bancos en fí­sico, en billetes, sino que se invierte en acciones, con lo que provoca un efecto doble, el de la mejora del dólar y el alza de las cotizaciones.

               Amigo Pablo, con frecuencia estos episodios tienen una vida corta, muy breve y al final el débil es el derrotado. Estados Unidos no está para tirar cohetes, por supuesto, pero Europa está malherida, al menos desde el punto de vista polí­tico y además, con crecimientos endebles. No obstante, las empresas cotizadas aguantan el tipo y eso es de especial importancia en momentos de cierta zozobra y gran incertidumbre como el actual.

               Gracias por su carta. Atentamente, la dirección. Y cuidado con las curvas de la Bolsa.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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